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1.16.2022

Guerra abierta a la relojería



Me ha sorprendido que, entre las normas para la vuelta a las aulas tras las vacaciones, y con la amenaza y la auténtica devastación que está ocasionando la variante omnicrom del coronavirus, algunos protocolos COVID prohíban explícitamente el uso de los relojes.

No es algo que, en todo caso, nos coja del todo desprevenidos, ya que desde el inicio de la pandemia se ha establecido una guerra abierta contra los relojes. Claro que no es culpa de esto los modelos mecanicos, ni los digitales convencionales, sino los smartwatches.

1.03.2022

Nuestras manías con los relojes



A unos les molesta que el cristal se encuentre por encima del bisel, a otros, que entre los huecos se meta polvo. Otros hay que no pueden tolerar el sutil sonido del "click, click" en los movimientos analógicos de cuarzo, incluso los hay que les resulta enormemente molesto, casi irritante, el barrido de "parada y reinicio" de la aguja segundera, optando por los movimientos llamados "sweep". Otros odian que los pulsadores "bailen", que los dígitos tengan cierta separación en sus segmentos, o que el contador del segundero esté en determinada posición en el LCD, separado o apartado de la hora principal.

Sean fobias, manías, o como Adan del GES lo llama, "TOC" (Transtorno Obsesivo Compulsivo, una enfermedad mental que, en sus estadios más avanzados o graves puede causar enormes desajustes para quien la sufre en su vida diaria, llegando incluso a requerir medicación), lo cierto es que el mundo de la relojería está lleno, inundado diríamos, de todo tipo de manías.

12.19.2021

Unos científicos crean un W-59 que funciona con el calor del cuerpo



Dicen que a muchos inventores los tildaron de locos en su tiempo, y probablemente fuese así. La cuestión es que ver a alguien andar por ahí con esos "trastos" que veis en la imagen pegados al brazo debe hacer pensar a más de uno que esa persona no está en sus cabales, pero ni mucho menos. De hecho, puede que acabe cambiando la tecnología del futuro.

A fin de cuentas, si el movimiento inercial de nuestro cuerpo alimenta un rotor y éste logra impulsar un reloj mecánico, ¿por qué no hacer algo parecido, pero con el calor? No, no estamos hablando como ocurre en los relojes mecánicos, que un sistema de contrapeso hace que se le dé "cuerda" al muelle del reloj. En este caso lo que estos científicos han intentado conseguir fue que el calor del cuerpo alimentase a un reloj electrónico, y para hacerlo, ¿qué mejor que elegir a uno de los digitales más carismáticos de la actualidad? Pues sí, lo hicieron sobre un W-59.

12.03.2021

¿Se convertirán los smartphones en los nuevos relojes?



En la mayoría de películas futuristas vemos muchos dispositivos de información y comunicación portátiles en forma de reloj (Space Sweepers, Clockstoppers...). En pocas vemos a los protagonistas portando para aquí y para allá todo el día un molesto trasto como nuestros smartphones que, además, se daña con nada, no se puede mojar, y hay que tener mil ojos para ver dónde toqueteas sin querer. Es absurdo y hasta ridículo, si nos detenemos a pensarlo.

Por contra, históricamente los relojes siempre tendieron a dos cosas: aglutinar la tecnología más avanzada del momento, y a la miniaturización. Comenzaron siendo relojes de campanario para ir reduciendo su tamaño a relojes de salón, de pared, y finalmente consiguiendo el hito de convertirse en un reloj de bolsillo. Lo que siglos atrás ocupaba varios metros cuadrados, se convirtió en un objeto de unos pocos centímetros, que uno podía por fin, además, transportar consigo. Ya no se necesitaba buscar una ubicación despejada y alzar la vista al campanario o a la torre del reloj, bastaba con sacar del bolsillo el dispositivo mecánico.

11.14.2021

¿Qué fue del revolucionario plástico Hostaform?

Este plástico estaba llamado a cambiar el mundo de la relojería.



A mediados de los años 70, en plena crisis del cuarzo y en medio de la fiebre por los plásticos (comenzaron a montarse en todos lados, incluyendo defensas de los automóviles, e incluso cajas de relojes como el Casio F-100 de 1978), Tissot trató de responder innovando con su reloj Astrolon (denominado en otras partes como Actualis o Autolub). Su ventaja era que, mediante un proceso innovador de plástico moldeado llamado Hostaform, su calibre (es decir, todas sus piezas) estaban hechas de plástico inyectado y autolubricado (tecnología Sytal).

Cierto que Swatch con su Sistem51 nos quiso vender el concepto de un reloj revolucionario, que no requería lubricación ni ajuste, pero ni mucho menos fueron los primeros. De hecho, antes que ellos ya lo había hecho Casio y como contamos hace algunos años en esta misma publicación, los movimientos originales del fabricante japonés como los que montan el AW-80, AW-82 o, sin ir más lejos, el HDC-700, son todos autolubricados. Swatch promete que sus relojes con Sistem51 son capaces de funcionar de manera bastante fiable hasta 10 años, sin embargo no han podido llegar a lo que ofrece Casio que en los suyos, gracias a que no requieren complicados engranajes (son de cuarzo), el movimiento mecánico - que es inmune además a campos electromagnéticos, son piezas de plástico y electrónicas - puede durar, virtualmente, "toda la vida", ya que bien mantenido y cuidado puede durar muchos años. Gracias a sus pilas de gran duración y a su circuitería de bajo consumo, son relojes enormemente robustos pero, además, muy asequibles en cuanto a precio (mucho más que los Swatch).

10.02.2021

Noticias semanales del mundo Casio (Nº 11, Octubre 2021)



- La corona "electrónica" de los nuevos MTP-VC01
No es que sea una gran novedad en el mundo de la relojería, pero no deja de resultar llamativo en un reloj tan asequible (o en una serie de ellos, más propiamente) como los nuevos MTP-VC01, ver una corona "electrónica". Y es que con ella, en efecto, se realiza el ajuste de la posición de las manecillas horarias (siempre hacia adelante, no tiene movimiento en dirección a contrarreloj). Por eso precisamente la corona (que no es tal, es un pulsador aunque no lo parezca) se encuentra bien protegida entre notorias guardas ya que un movimiento casual sobre el pulsador, haría que las agujas avanzasen sin más.

8.10.2021

¿Oki o ROHM? ¿Quién le hace los microcontroladores a Casio?



Los microcontroladores y LSI de Casio desde siempre fueron fabricados por la firma Oki, y si sueles llevar un reloj de Casio, dentro lleva, casi con toda seguridad, un CMOS de esa marca. Un CMOS (Complementary Metal Oxide Semiconductor) es el circuito que, entre sus ventajas, incluye un aprovechamiento energético mejor que otras soluciones. El LSI viene a ser el circuito integrado, y el microcontrolador (mCU) es "el cerebro" del reloj, para que nos entendamos. Todo esto dicho "deprisa y corriendo", pero en fin, tampoco es cuestión de dar una clase de hardware aquí y seguramente que con eso refresquéis conocimientos sin problema.

Pues bien, en su fantástico libro "Oki Electric, the Electonics Company" (en serio, es una auténtica pasada) Oki cuenta la historia de la compañía japonesa desde sus inicios hasta sus últimos días (más o menos), y lo hace muy, muy pormenorizadamente. Oki fue fundada por Kibataro Oki en enero de 1881, así que es una compañía antiquísima en electrónica. Su historia es muy curiosa, y aunque no es cuestión de extendernos en ella aquí, diremos que comenzó haciendo ingeniería inversa ("hackeando", dicho coloquialmente) los teléfonos y recibidores americanos hasta conseguir realizar su primer prototipo. Inicialmente la compañía se llamaba Meikosha, pero fue renombrada luego como Oki (Oki Electric Industry Co., Ltd.). Ellos tienen el honor de haber sido los primeros en fabricar un teléfono en Japón, en el año 1881, solo cinco años después de que Bell inventara el teléfono.

6.17.2021

¿Un watchwinder para un G-Shock?



Como seguramente sabéis, los watchwinders son una expecie de caja-expositor donde se pueden dejar guardados los relojes mecánicos, con el fin de que sus aceites se muevan y no se estropeen y, a la vez, poder mantenerlos en funcionamiento (cuando son automáticos). Es decir, cumplen dos funciones, y por ello se pueden usar tanto con mecánicos de remonte manual, o/y con mecánicos automáticos (con rotor).

Eso tiene sentido cuando el reloj es mecánico, pero claro, no tiene ningún sentido cuando el reloj es de cuarzo, y mucho menos es un G-Shock, como ha hecho este vendedor con su GBA-400. Un reloj muy completo, con Bluetooth, pero que no necesita para nada una "caja de cuerda" (watchwinder). Será que queda mucho más bonito un G-Shock que un mecánico, y por lo tanto se venderá mejor la caja, porque no hay mucha más explicación para la imagen que veis de muestra.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com | Gracias a Guti por la pista




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6.02.2021

Les gustan las rubias..., pero se casan con las morenas



Todo hemos visto en esta última semana, con el análisis y reportajes que sobre algunos aspectos del nuevo smartwatch de Casio hemos hecho (aún nos queda alguno por publicar), cómo la mayoría de personas reniegan de esos dispositivos. En algunos casos sus razones son lógicas, en otros ya no tanto. Acusan al GSW-H1000, por ejemplo, de debilidad en su construcción (no es así, o al menos no más que en un G-Shock de los normales y corrientes que sí usamos sin problema), necesidad de actualizaciones (no son obligatorias), o caducidad de su batería (no mayor que en aparatos que usamos en el día a día sin problemas y sin ningún inconveniente ni protesta: reproductores de música, smartphones...).

Lo que sí admito, y algunos de vosotros también habéis destacado y sacado a relucir, es el problema de la necesidad - obligatoriedad más bien - de contar con un teléfono móvil para que el GSW-H1000 eche a andar, al menos la primera vez.

3.26.2021

Hay cosas peores que una pila



Una de las cosas que más me desagrada es ver que el reloj que uso se queda sin pila. Por eso me encantan los relojes con pilas de larga duración, porque pareciera que nunca se les agota y, para hacerlo, ya tienes que tirar de alarmas y abusar de su iluminación con ganas.

Todo esto, quizá, venga de los tiempos en donde la cuestión de las pilas era algo que estaba a la orden del día. Hoy no, claro, los chavales de hoy están acostumbrados a quedarse sin batería cada dos por tres, y solucionarlo poniendo el dispositivo a recargar, o llevando consigo un "powerbank" (batería externa). Pero en mis tiempos, insisto, la cosa era muy distinta, y quedarte sin pilas suponía tener que esperar al día siguiente, en muchas ocasiones hacer tiempo hasta que la tienda abriese - trastocándote tu agenda -, pedirla, tener la fortuna que el vendedor tuviese ese modelo en existencia, desarmar "el cachivache", volverla a colocar, volver a configurar todo... Cuando esto te ocurría en un reloj o en una agenda portátil, era ciertamente una gran molestia. Y si eras medianamente sensible con el medio ambiente, cambiar de pila tampoco lo llevabas muy bien.

3.13.2021

La relojería mecánica, los últimos ordenadores analógicos que quedan



Llevar un reloj mecánico automático tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. En la práctica creo que más malas que buenas, y hoy es algo absolutamente innecesario. Pero tras las balanzas, reglas de cálculo, calendarios rotativos y cientos de instrumentos más de antaño (que no se me olvide cámaras de fotos y máquinas mecanográficas), es una de las pocas cosas analógicas y realmente mecánicas que quedan. De hecho uno de los pocos nichos de "computadoras mecánicas" es el de la relojería, y sino fuera por esas casas suizas tan elitistas, capaces de hacer calendarios perpetuos y muchas cosas complejas similares, todo eso habría desaparecido hace años de nuestras manos, y solo podríamos verlo y conocerlo a través de los libros de historia.

Y es que, a diferencia de las máquinas digitales actuales, la ingeniería mecánica analógica era hace muchos siglos los únicos computadores disponibles. No deja de asombrarme artefactos como las calculadoras mecánicas, e incluso había artefactos para comunicaciones (máqinas telegráficas) y codificación (la popular máquina del código enigma nazi, sin ir más lejos).

3.04.2021

La esencia del Kamaz 1111, la Casio de hoy, y un jarabe para la tos



Hace poco estuve investigando sobre la interesante historia del que fue, durante muchos años, "coche del pueblo" ruso. Por 3.000 euros (lo mismo que costaba "la broma de coche" aquella del Tata Nano en la India, y la mitad de lo que nos costaba aquí el coche más barato de su tiempo, el Renault 4), los rusos consiguieron ofrecer a sus ciudadanos - tras invertir unos cuantos años en su desarrollo - un automóvil fenomenal. Lo que no podían hacer en potencia, lo equilibraban con su bajo peso, y lo que no lograban en robustez lo conseguían con su fácil mantenimiento y, en su caso, con unos recambios asequibles y al alcance de la mano.

El Kamaz 1111 (Lada "Oka") se convirtió en todo un símbolo durante generaciones. Más o menos como en relojería lo eran - aún lo son - la clase F de Casio.

3.03.2021

Relojes en la literatura (92)




Título: La expedición

Autor: Stephen King

Fragmento:


Carune se guardó las llaves en el bolsillo y se quitó el reloj de pulsera. Era un Seiko de cuarzo con un pequeño ordenador bajo la esfera. Veinticuatro botoncitos permitían efectuar cualquier operación matemática, desde la suma y la resta, hasta la raíz cuadrada. Además de un magnífico cronómetro, un delicado mecanismo de precisión. Carune colocó el reloj delante de la ventanilla y lo empujó suavemente con un lápiz.

El reloj reapareció instantáneamente al otro extremo. En el momento de introducirlo marcaba las 11.31. 37. Cuando Carune lo recogió, las 11.31.49. Perfecto. Aunque hubiese sido mucho mejor disponer de un ayudante junto a los cajones para certificar que no había alteración temporal alguna. Bueno, no importaba tanto. Muy pronto, el Gobierno lo cubriría de ayudantes.

Probó la calculadora del reloj. Dos y dos seguían siendo cuatro. Ocho dividido entre cuatro continuaba siendo dos. La raíz cuadrada de once no había variado: 3,3166247..., etcétera.

Había llegado el momento de experimentar con los ratones.





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2.18.2021

Los relojes que desaparecieron de nuestras vidas



Si tienes unos cuantos años, seguramente recuerdes una pregunta que solía ser muy común cuando salíamos de casa con amigos, con la familia o con la pareja, hacia alguna excursión o para hacer trámites. La pregunta, decimos, tan habitual en aquellos años era: "¿llevas reloj?".

La mayoría de las veces eran los padres quienes lo llevaban, y también quienes se aseguraban de que estuviese en la hora correcta antes de salir de casa. En el caso de los amigos, siempre había alguno que solía llevar consigo un reloj, así que alguien solía mencionarlo diciendo: "Fulanito siempre lo lleva". Un reloj, pues, servía para todos y daba la información horaria a todo el grupo o acompañantes.

2.06.2021

Coches y relojes



Durante estos días en los que he estado viendo las estrellas, uno de los entretenimientos que me hizo abstraerme un poco fue la lectura de pruebas de automóviles, especialmente las de pruebas de vehículos publicadas en revistas antiguas del motor. Me he quedado asombrado de lo que eran capaces de hacer las editoriales de las revistas de ese sector por aquellos años sesenta y setenta, en donde cabeceras como Velocidad o Autopista "cortaban el bacalao" y tenían audiencias espectaculares (mejor dicho, ventas espectaculares). Eso les permitía hacer cosas que hoy serían poco menos que imposibles. Por ejemplo, si salía un modelo determinado al mercado (una variante deportiva del Renault 8, digamos), y el fabricante no quería o no podía prestárselo (o no tenían unidades para prensa y pruebas en ese momento), no les temblaba la mano para ir ellos directamente y comprarlo. Curiosamente, en otras ocasiones hacían lo que hoy algunos de estos medios seguimos haciendo: acudir a amigos, familiares o empleados de la redacción, que hubiesen adquirido un coche nuevo, para hacerle la prueba real.

Si, en su caso, el fabricante les ponía a su disposición ese vehículo (en determinadas ocasiones tras pasar por otras manos de probadores, con su mecánica dejando mucho que desear), no se cortaban un pelo en ir ellos a su taller de confianza y darle un repaso de arriba a abajo al coche, antes de volver a estrujarlo. Eran tiempos, en suma, en donde fervorosos lectores - principalmente masculinos, claro - de todas las edades, acudían con presteza al quiosco de la esquina para adquirir Mundo del Automóvil, Motor Mundial, Automovilismo... Incluso algunas de las marcas de coches llegaban a editar revistas propias, hablando, obviamente, de sus modelos, como era el caso de Seat, con la revista del mismo nombre.

1.01.2021

Cuando Micro quería hacer los Marlin mejor que Casio



Aunque hoy prácticamente desaparecida, Relojes Micro fue una marca española que, durante varias décadas, gozó de cierta fama y difusión, no solo entre los clásicos relojes mecánicos, sino también de cuarzo. En los ochenta (y también durante algunos años de los noventa) se posicionaron con bastante firmeza en los relojes de ese tipo de tecnología, aunque bien es verdad que comenzaron allá por los sesenta con relojes mecánicos tanto de muñeca, como de escritorio.

Junto a otras hispanas como Dward y sus Teletime, trataron de seguir subsistiendo en el complicado panorama de la relojería de aquellos años. Pero en Micro fueron más osados todavía, y en su día llegaron incluso a intentar plantarle cara ni más ni menos - sorpréndanse, nuestros queridos lectores - sí, ¡a los Marlin! Tomando como punto de partida el W-24 de las Casio Marlin series, realizaron un reloj idéntico pero añadiéndole caja roscada y de acero. Como podéis ver por el frontal, tomaron todos los elementos del clásico W-24 que por aquellos años 80 era, dicho sea de paso, "el Marlin estándar", es decir, el Marlin que uno compraba cuando quería un reloj resistente al agua, muy completo, y asequible. Por todas esas virtudes (y no olvidemos tampoco su cristal mineral) el Marlin W-24 se convirtió en uno de los Marlin más populares, llegando a ser el reloj casi representativo de esta submarca, casi como el F-91 lo era - y es - dentro de las F Series o el DW-5600 lo es dentro de G-Shock.

12.18.2020

La prueba morbosa del año: Casio F-91 VS Lorus / Seiko R23



Cuando Lorus (submarca de Seiko) presentó su novísimo old-school de resina, todos nos echamos las manos a la cabeza: ¡Madre mía! ¡Por fin el rival del mítico W-720, el que va a destronar al F-91, está aquí! ¡Por fin ese día ha llegado!

Sobre el papel, el reloj de Lorus prometía. Ciertamente su módulo era más o menos el de cualquier F-91, es decir, de los más básicos entre los básicos, pero añadía además una resistencia al agua mucho mayor, de nada menos que 100 metros (10 bares), y un precio, aunque notoriamente superior que el de los F-91, bastante competitivo para lo que a priori parecía: 35 €. Y sobre todo, venía con la garantía de una firma como Lorus, de la poderosa y legendaria Seiko, ni más ni menos. Así que, en efecto, este Lorus podía ser quien acabase por destronar al F-91, porque teniéndolo a él, ¿quién iba a adquirir el reloj de Casio?

12.02.2020

Recursos: manual de reparación de relojes de Casio



Hace unos días se puso en contacto con Zona Casio un amante de la relojería, y de la reparación de relojes, y nos adjuntó un interesante manual para reparar relojes de Casio. El manual tiene ya sus años, data de 1997, pero tiene muchas cosas interesantes. Una de ellas, es estar íntegramente en español, lo cual es una rara avis ya de por sí, pues todo este tipo de literatura suele publicarse en inglés (y, por cierto, dice mucho de la importancia que el español tenía - y tiene - para Casio). Y el otro importante aspecto es que, a pesar de su edad, muchos de los procedimientos, terminología, técnica y componentes no ha variado mucho en estos últimos años, sobre todo (y principalmente) en lo que concierne al grueso de los relojes "genéricos" de Casio, esto es, sus Collection, y sus G-Shock de gama media y baja. Que son los más populares, además. Por lo tanto el manual sigue siendo muy útil todavía.

Por todo ello, quien diga que un reloj digital no es reparable, o más concretamente quien diga que un Casio no es reparable, que mire antes este tipo de manuales. En él vemos desde aspectos básicos de despiece, hasta otros más complejos o específicos como el cambio de componentes, la sustitución del cristal, o la simple retirada de pulsadores.

11.29.2020

La Historia de Internet en España (2010-2020): las páginas de relojería



Hace unos años publiqué en un medio online un reportaje sobre la historia del IRC en los noventa, desde sus primeros años, y la evolución del IRC Hispano. Sin quererlo, ni buscarlo ni darme cuenta, resulta que llegó a la home de un popular aglutinador de noticias, y durante unos días estuvieron lloviendo comentarios y anécdotas de usuarios de aquellos años, recordando sus momentos de juventud (o niñez) en aquel IRC que era, por popularidad y peso, como las redes sociales lo son hoy día.

Cuando repasaba el post de ayer me ocurrió algo parecido, haciendo que aflorasen en mí bastantes recuerdos. En el reportaje que "El País" dedicaba a Alaska y Los Pegamoides, se ve a una jovencita Alaska que, poco después, rompería esquemas en la - aquellos años - "transgesora" TVE2, o "La 2" como se la conocía, la cadena de televisión en donde iban a parar los programas que no cumplían los cánones más tradicionalistas de entonces. Con su espacio en "La bola de cristal", que se emitiría desde octubre del 84 hasta el año 1988, logró hacer huella en la historia de la televisión, al menos en España.

11.27.2020

Nuestra adicción a la tecnología



Me ha llamado bastante la atención el vídeo que difundían desde Casio cuando comenzaban a publicitarlo, de su smartwatch WSD-F30. En el mismo, se nos muestran las infinitas posibilidades que nos ofrece un dispositivo de este tipo, no solo mostrándonos rutas, por dónde ir y en qué estado físico estamos, sino llega al extremo de indicarnos las tiendas de reparaciones cuando el protagonista del vídeo descubre que la rueda de su bicicleta está desinflada.

Uno, que ha vivido ya multitud de situaciones parecidas, no puede menos que pensar: "¿es que este tipo no sabe preguntar?". "¿No puede acercarse a alguien y consultar dónde hay una tienda cercana, simplemente?". "¿No puede cambiar el mismo la rueda o reparar el pinchazo?". Además de la información, tal vez si preguntase, algún amable interlocutor le podría sugerir que determinada tienda no es recomendable, que hay otra especializada en su marca, o que algunas han cerrado... Porque, ¿quién no se encontró con que su GPS le guiaba mal o, en estos tiempos de crisis, hacia negocios ya clausurados?

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