RelojesDeModa.com

12.03.2021

¿Se convertirán los smartphones en los nuevos relojes?



En la mayoría de películas futuristas vemos muchos dispositivos de información y comunicación portátiles en forma de reloj (Space Sweepers, Clockstoppers...). En pocas vemos a los protagonistas portando para aquí y para allá todo el día un molesto trasto como nuestros smartphones que, además, se daña con nada, no se puede mojar, y hay que tener mil ojos para ver dónde toqueteas sin querer. Es absurdo y hasta ridículo, si nos detenemos a pensarlo.

Por contra, históricamente los relojes siempre tendieron a dos cosas: aglutinar la tecnología más avanzada del momento, y a la miniaturización. Comenzaron siendo relojes de campanario para ir reduciendo su tamaño a relojes de salón, de pared, y finalmente consiguiendo el hito de convertirse en un reloj de bolsillo. Lo que siglos atrás ocupaba varios metros cuadrados, se convirtió en un objeto de unos pocos centímetros, que uno podía por fin, además, transportar consigo. Ya no se necesitaba buscar una ubicación despejada y alzar la vista al campanario o a la torre del reloj, bastaba con sacar del bolsillo el dispositivo mecánico.




Es muy llamativo que, en ese sentido, su historia sea tan parecida a la de los ordenadores. De estar en grandes salas refrigeradas durante los años cuarenta y cincuenta, pasaron a reducirse de tamaño hasta conseguir ocupar unos pocos centímetros, e incluso sin ni siquiera ya ventilador. Al fin y al cabo, los relojes son el símil más parecido a ordenadores mecánicos. Mientras que en un ordenador (o smartphone, o tablet) se pueden ejecutar diferentes programas con su "apps" para distintos cometidos, en un reloj mecánico se puede hacer otro tanto de lo mismo con lo que en su argot se denominan "complicaciones". Cierto que no llegan a los cálculos tan espectaculares que los ordenadores realizan basándose en sus puertas lógicas y en sus microchips, pero no deja de ser sorprendente que, simplemente usando engranajes diferenciales y distintos tipos de resortes, un reloj mecánico pueda calcularnos las fases lunares, realizar mediciones de tiempo cronográficas, e incluso en los más complejos informarnos sobre la posición de los planetas, decirnos los eclipses solares, o añadir los mismos calendarios (en algunos de ellos, por cierto, perpetuos).

A final de cuentas, el reloj no desaparecerá. Se convertirá probablemente en el nuevo smartphone, y puede que quien desaparezca sea el mismo smartphone cuando tecnologías que ahora nos parecerán de ciencia ficción como los displays holográficos o multisoporte (como el uso de cualquier cristal, tal como aparece en cintas como Total Recall) se conviertan en una realidad. Y entonces el smartwatch -ya lo está siendo- sustituirá al reloj como elemento tecnológico, o más bien, como decimos, no lo sustituirá: será el nuevo reloj. De la misma forma que el reloj de cuarzo sustituyó al mecánico, y el de muñeca al de bolsillo. Es una tendencia natural.


_Los nuevos relojes_

//Tal y como el reloj mecánico sustituyó al de los campanarios, y el de cuarzo al mecánico, el smartwatch se acabará imponiendo a nuestros molestos y frágiles smartphones.//




Claro que hay quien pensará que eso no se verá en poco tiempo. Bueno, también se decía que los displays curvados eran imposibles de realizar, y ahí vemos cómo ya hay marcas como Samsung que los tienen. Y quienes peinamos ya bastantes canas recordamos cómo se decía que las pantallas planas (TFT, Amoled...) no se harían populares por su enorme complejidad de construcción, lo que las hacía una rara avis y nada competitivas frente a las CRT que lo inundaban todo. Y en unos pocos años, casi sin que nos hayamos dado cuenta, los monitores CRT han desaparecido del mapa, casi borrándose hasta su recuerdo.



Quizá el damnificado -o el más afectado- con todo esto sea, paradójicamente, el reloj mecánico. Para bien o para mal, desde la aparición de los relojes electrónicos, la tecnología mecánica se ha estancado, ya apenas quedan evoluciones populares a precios competitivos, y las complicaciones más elaboradas solamente están al alcance de unos pocos adinerados. Cierto que, a principios de siglo, evoluciones como los movimientos automáticos, las cajas Oyster, herméticas, o los mismos cronógrafos, auguraban una interesante capacidad de innovación en esos micro-ordenadores "mecánicos". Sin embargo, la curva de innovaciones cayó abruptamente hasta prácticamente cero al compás de la desaparición durante los sesenta y, sobre todo, los setenta, de una tras otra marca relojera debido al empuje de los más competitivos relojes de cuarzo. Eso hizo que tanto el conocimiento adquirido, e incluso la maquinaria -la del Zenith El Primero se salvó por los pelos- quedaran para siempre en el olvido y sus progresos se perdieran en la noche de los tiempos.

¿Qué habría sido hoy de los relojes mecánicos, si no hubiera entrado en escena la microelectrónica? Probablemente estaríamos hablando de materiales más resistentes al magnetismo, de relojes más fiables, de dispositivos cuya complejidad y complicaciones nos podrían llegar a sorprender. Nunca lo sabremos puesto que hoy, los relojes mecánicos que se realizan y sus innovaciones, cuentan en gran mayoría -incluso entre los fabricantes más tradicionales- con el desarrollo, testeo y fases de prototipado por ordenador, e incluso son ordenadores quienes los diseñan y fabrican. Una paradoja que nos confirma que nada volverá a ser ya como antes y que el futuro, en relojería, es imparable y camina hacia el reloj inteligente como centro y eje de la vida tecnológica en los próximos años.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com




| Mecanicos | | Automaticos | | Futuro | | Tecnologia |

2 comentarios:

  1. A mi humilde opinión yo pienso que la tecnología esta avanzando y que son los smartwatch los que están al día de hoy sustituyendo a los relojes clásicos y que son un duro golpe para marcas como Casio , timex , seiko , etc. hoy se escucha a la juventud habar mas de marcas como Huawei, Xiaomi, Fitbit etc. y las prefieren mucha mas que marcas de relojes clasicos SALUDOS

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  2. Muy interesante reflexión, aunque tristemente creo que los más perjudicados no serán los mecánicos, al final quien usa un reloj mecánico no lo hace para ver la hora. Valora la mecánica, la exclusividad, o el simplemente ser una tecnología obsoleta.

    Los perjudicados serán los competidores de los smart, cuarzos de moda de gama baja (Festina y similares), pero en el caso que nos ocupa, los digitales Casio.

    Viendo además el aire premium que están siguiendo, no me extrañaría que en el futuro lanzasen cosas como el A1000, pero centradas en el lujo, a saber, 500€ por él en vez de 100€.

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