Durante estos últimos días, y las próximas semanas, comenzaremos a ver por foros, redes sociales y blogs especializados un aluvión de "presentaciones" de los últimos modelos más llamativos y elitistas de Casio: GPR-B1000, GMW-B5000 y una galaxia de GST-400 y GWG-100 camparán a sus anchas por todos lados. Es lógico que estos modelos, más o menos caros y más o menos
exquisitos, sean un motivo más que sobrado para que sus dueños los muestren con orgullo. Pero me pregunto dónde quedaron aquellos tiempos en donde con el mismo orgullo, o más, esos mismos -u otros- dueños presentaban también llenos de alegría sus relojes de Casio más humildes. Solo hay que darse una vuelta por la WWW (por cualquier web) para ver que pocos han presentado o lucido públicamente con orgullo sus AE-3000, sus B650, o aún menos sus CPA-100, a pesar de ser grandísimos relojes y unos más que meritorios instrumentos de tiempo, que servirán fielmente a sus dueños sin reproche alguno.
Es lógico, claro, que de lo que más se hable sea de lo que más potencia Casio. También es lógico que cuanto más difíciles sean de alcanzar esos objetos, mucha menos gente podrá acceder a ellos y los pocos "elegidos" que lo consigan más vanidosamente los mostrarán, bien sea en unos casos con la simple intención de compartir su alegría o, como por desgracia en muchos otros más, por vanidad. Es lo que se consigue con precios elitistas para gente elitista: que alimenta la falsa sensación de ser mejor (más guapo, más listo, más rico..., lo que sea) que los demás. Hinchar nuestro ego.