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10.08.2018

Un acabado para perdurar


Durante los años ochenta se hicieron muy populares algunos modelos de relojes de Casio coloreados. A diferencia de muchos de los actuales F-91, los de resina a color llevan el pigmento impregnado en la propia resina, y es imposible que pierdan el color (pueden desgastarse, envejecer, decolorarse, pero no caérseles el color). Aquí siempre hemos defendido ese procedimiento de color para las cajas de resina, porque ni los cromados, ni los pintados, resisten el paso del tiempo (que se lo digan a mi CPA-100, ya con las esquinas totalmente "peladas").

Inexplicablemente, Casio no es muy proclive a este tipo de acabados en los últimos años, y en su lugar ha optado por las resinas pintadas. Es cierto, nadie lo pone en duda, que este tipo de acabados pintados tienen sus ventajas: con una misma caja de un mismo fondo base, podemos obtener variados colores. Esto es: no tenemos que modificar la mezcla de resina que es, básicamente, la misma. Así que aunque en costes de producción no haya apenas diferencias entre una caja pintada o una impregnada, sí las hay en cuanto a eficiencia. Y por supuesto es más cómodo y rápido hacer una misma caja para todos, y pintarla luego después.




De manera que cuando hace unos meses Casio lanzó las variantes de resina a color de los W-59, enseguida me evocaron aquéllos modelos de los ochenta, con cajas con tonos a color, no pintadas. Estas variantes, las llamadas "versiones B" o W-59B, fueron lanzadas como ediciones limitadas, de hecho Casio ya está descatalogando alguna y las últimas que quedan son las de caja en oscura. De manera que si quieres conseguir uno de estos peculiares W-59 a color (y no pintados), nuestra recomendación es que te des prisa antes de que se agoten.

Resulta curioso que el F-91 fuera mi último reloj que mi muñeca luciese, y casi dos décadas después (¡cómo pasa el tiempo!) fuera "el culpable" de mi regreso a Casio, mi regreso a los digitales y mi regreso, en suma, a llevar reloj. De manera que casi es algo lógico el que él sea (o una de sus variaciones, el W-59 podría considerarse una de ellas) uno de los últimos relojes con los que quisiera quedarme para el resto de mis días.


Hace poco os contaba mi intención de encontrar ese Casio "definitivo" con el que "jubilarme" y descansar. No voy a decir que mi búsqueda ha finalizado, pero casi. Porque, tal como estamos viendo el mundillo de los relojes últimamente, cada vez me convenzo más que cuanto más sencillo y sufrido sea un reloj, mejor.

Si cuando había cajas de metal no podía comprarlas, ¿por qué iba a hacerlo ahora?

Si nunca me preocupó llevar o no un cristal mineral..., ¿por qué iba a preocuparme de eso ahora?

Si las cinco alarmas, los dobles horarios, las iluminaciones de doble LED o los calendarios automáticos nunca me preocupaban... ¿Por qué debían de hacerlo ahora?

Sí, cuanto más pasen los años, más agradeceré un reloj sencillo, que solo dé la hora y poco más; que no te meta en líos. ¿Y por qué, también, el F-91/W-59 es el preferido de obreros y ancianos? Por algo, eso está claro.


Sí que había dos cosas que me preocupaban en el F-91: el no poder mojarlo, y su correa, que apenas duraba. En los nuevos Casio W-59 esos problemas se han superado: es resistente al agua 50 metros, y su correa es textil. Es cierto que su correa deja mucho que desear, apenas parece una correa de papel que tejida, pero por otra parte seca más fácilmente y no acumula tanto sudor. Además, y no debemos olvidarlo, sus asas están abiertas, y no con esas molestas "aletas" de caja cerrada que son tan proclives a dañarse, a esconderse porquería en su interior, y que nunca me gustaron.

El Casio W-59 tiene un bonito diseño old-school que no ha variado con los años, es tal y como cuando Casio lo lanzara por allá, finales de los ochenta. Lo bueno de él es que, al usar un módulo tan barato y popular, puedes obtener módulos nuevos fácilmente, de él mismo o de segunda mano y, a la vez, es un módulo tan exclusivo que solo monta él y no toda la galaxia de "A's" que inundan el mercado en medio de esta voragine por estos diseños retro que tanto nos fascinan y que muchos descubren (o redescubren), pero de los cuales nosotros fuimos unos enamorados desde siempre (A159, A158, A168, A164, A163...).


Un día, cuando "regresé" a Casio con mi F-91 y estaba tan contento con él que me parecía el reloj definitivo, (¡cómo admiraba aquel LCD tras haber sufrido los analógicos multiesferas!), por lo que me puse a buscar información. Como es normal, a todos encantaba, pero alguien decía: "yo prefiero el W-59, que es el mismo pero resistente al agua". Me preguntaba entonces cómo sería aquel W-59.

Mucho antes, cuando estrené el F-91 en 1990, por aquel entonces era una novedad, y era de los pocos digitales que podías encontrar fácilmente, porque empezaban a decaer. Trabajaba en jardinería y recuerdo cómo, al abrir una boca de riego, el agua saltó y empapó mi brazo, parte de mi ropa y, obviamente, mi flamante reloj. Como no era sumergible me cabreé, lamentando que por aquel trabajo me fuera a quedar sin reloj. Hasta ese punto apreciaba el F-91, un reloj por el que había pagado un precio -para mí, caro- y al que corría el riesgo de dañar. Echaba de menos que no fuera un WR50.


Por supuesto al F-91 no le pasó nada, aunque se llevó un buen chapuzón, pero el que no fuera sumergible me intranquilizaba sobremanera. El W-59 solucionaba eso, y alguna cosa más: la mejora en el diseño de las asas, y por supuesto -en la versión de resina- una correa notablemente mejor y de las más cómodas que han hecho en Casio hasta la fecha.

El W-59 siempre estuvo a la sombra del F-91, dado que el F-91 era (y es) tan bueno, tiene lo mismo y es más barato, la gente elegía el F-91. Pero no por eso Casio lo abandonó, y estas nuevas versiones con cajas a color y correas de nylon vienen a demostrar lo que es este reloj: un ejemplo de modelo barato y duradero, básico y con lo esencial que necesitas. Un reloj ligero, útil y robusto, para que no eches de menos nada más.



Comparación de viejas cajas de resina a color, muy deterioradas: a la derecha, color pintado en la propia caja; a la izquierda, color impregnado en la resina. Puede notarse cómo, a pesar de los daños y desperfectos en la superficie, el color permanece, mientras que en la pintada el color se ha ido con el uso y el roce constante con las ropas.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

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