Es un rollo esto de atrasar o adelantar la hora. No lo digo solo yo, cada vez lo dice más gente. Y si intentas descubrir el por qué razón se sigue haciendo (sí, por ahorro energético), te encontrarás con respuestas de todo tipo y estudios cada vez más profundos y sesudos a favor y en contra de ello. Unos argumentan que ya no es necesario adelantar los relojes a un horario de verano con el ritmo de producción actual (donde muchas fábricas no tienen uno o dos turnos, sino que llegan a los tres de producción por la noche, como en muchos casos las automovilísticas), y que es algo que tuvo su razón de ser hasta los años 70 con la crisis del petróleo, pero poco más. Otros, sin embargo, mencionan que aún se ahorra "algo" y que el cambio de horario tiene su valía.
Yo tengo varios relojes, pero por fortuna no los uso habitualmente, siendo los que más uso solo tres (ya lo mencioné en otras ocasiones). Uno de ellos es el "reloj de batalla", un DB-36 con el cual no hay problemas: pasar de horario de verano a horario de invierno es tan fácil como apretar un botón (sí, sólo uno). Sólo los radiocontrolados tienen una comodidad semejante (ya que en estos no hay que pulsar botón alguno, tan siquiera, al menos siempre y cuando estés en un lugar del mundo -o del país- donde la señal atómica llegue con suficiente fuerza). El otro es el W-720. Como todo buen Casio "vintage", para cambiar la hora al horario de verano tendrás que hacerlo manualmente mediante una secuencia determinada de pulsación de sus botones. Ahora mismo estoy muy acostumbrado a manejar los botones de los Casio, y cambiar de hora en prácticamente cualquiera de ellos no me supone ningún problema -porque ya sabéis que casi todos los modelos tienen los botones que cumplen funciones parecidas y en posiciones parecidas, sino en las mismas-, pero recuerdo hace muchos años, cuando el reloj no lo tocaba casi nunca, que cambiaba de modo y pulsaba todos los botones hasta descubrir cual cumplía la función de cambio de los dígitos de las horas. Por supuesto, consultar el manual ni me lo planteaba, porque a saber dónde estaría, e Internet imposible, ya que aún ni existía.