Y así claramente lo confiesan en su último documento de resultados, publicado hace pocos días: "Although G-Shock brand sales volume declined, unit prices increased", que viene a ser una indicación clara y profunda de que "debido a que los G-Shock no se venden, se tienen que subir sus precios". Esto tiene una segunda lectura, que también ellos mismos han caído en la cuenta: puesto que las tiendas de venta de relojes cierran o desaparecen -y la propia marca además restringe sus ventas en ellas-, las ventas también caen. Lo cual dicen que es especialmente grave en Estados Unidos, donde esta estrategia ha llevado a que Casio reduzca sus ventas de relojes nada menos que un 12 %. Afortunadamente lograron compensarlo un poco gracias a las ediciones especiales de G-Shock en este 40 aniversario, las cuales se han visto obligados a ofrecer en su comercio online debido a la escasez de distribuidores físicos -o sea, de tiendas- que los colocaran en sus escaparates.
Llama la atención que eso ocurra en Estados Unidos, cuando aquí en España la mayoría de tiendas físicas no puedan tener modelos premium, por lo que como sigan así acabará ocurriéndoles otro tanto parecido. Esa estrategia que ha seguido Casio -que ya comentaban en el último número de Contraste que les había pasado factura a la mayoría de marcas, y estaban volviendo todas ellas a espacios físicos- parece que les cuesta abandonar, muy probablemente debido a toda la inversión que han hecho por su canal online o E-Commerce.