RelojesDeModa.com

5.08.2020

¿Cómo tendrán que abrir las relojerías y joyerías durante la desescalada?


En España, las relojerías y joyerías que deseen prestar su servicio cara al público deberán hacerlo bajo estrictas medidas de seguridad e higiene. Y es que, aparte de las medidas a aplicar de carácter general, el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha publicado una guía específica para determinados comercios que, debido a su carácter específico, requieren una cierta particularidad con la aplicación de otras indicaciones.

En este sentido, hay un apartado especial para relojerías, joyerías, y tiendas similares de complementos. En ellas, y atendiendo a sus características especiales, y como medida de seguridad, se les otorga el derecho (que no tienen otros comercios) de pedirle al cliente que se descubra el rosto y se quite la mascarilla antes de acceder al establecimiento (muy importante sobre todo en joyerías), con el fin de proceder a su identificación y, de paso, que las cámaras del local registren el rostro del cliente. Una vez se le abra la puerta, el cliente volverá a ponerse la mascarilla.




Por otra parte, y muy importante para este tipo de negocios, el cliente no deberá tocar ninguna superficie de exposición: vitrinas, expositores, catálogos... Aunque en algunos casos habrá excepciones, y para ello podrá hacerlo poniéndose unos guantes que le ofrezca la tienda. En su caso, si el cliente viene con guantes, se le facilitará gel hidroalcohólico para desinfectarlos (sin quitárselos, obviamente).

En cualquier caso, la guía deja claro que los clientes no podrán tocar mercadería (piezas, anillos, pulseras, relojes...), y todos ellos, si quiere verlos, será el comerciante quien se las enseñe, mostrándoselo, pero sin dejar que los toque.


En cuanto al muestrario, deberá desinfectarse en su totalidad (tarea ingente dado el volumen de piezas de este tipo de establecimientos), y si el cliente se ha probado alguna pieza y no la ha comprado, deberá ser retirada de la venta para realizar una desinfección exhaustiva de la misma antes de volver a ponerla al público.

En ese sentido, antes de que el cliente proceda a probarse la pieza, el vendedor deberá ofrecérsela usando mascarilla y guantes, y el cliente se desinfectará con gel hidroalcohólico las manos y la parte del cuerpo donde se la vaya a colocar (muñeca, cuello, orejas...). Si esto no es posible, hay una alternativa, y es que se cubra con un film plástico (como el que se usa para los alimentos o embalajes) la parte del cuerpo, para que ésta no entre en contacto directo con el artículo.


Como desinfectante para los artículos, finalmente, la guía recomienda, en aquellos casos en los que no se pueda usar alcohol isopropílico de 70º -y cuyo procedimiento para desinfección, explican, será mediante el uso de una toallita empapada, o disco de algodón- agua y jabón como procedimiento genérico. Claro que hay muchas piezas en donde el agua no es posible (por ejemplo, un número bastante grande de relojes), o el alcohol (que puede dañar las perlas, o los acabados de muchos artículos). La guía recomienda en esos casos peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), o proceder a un baño de vapor con dicho compuesto. Mucho cuidado con eso, puesto que el agua oxigenada (como hemos visto ya aquí) daña mucho las resinas.

Así, no es extraño que la misma guía recomiende, como mejor desinfectante, la radiación ultravioleta, que ni toca ni daña ninguno de los objetos. El único inconveniente es que ese tipo de radiaciones deben ser aplicadas con extremo cuidado (son muy peligrosas, pueden dañar severamente los ojos del personal que las lleve a cabo) y sin la presencia de personal alguno en la tienda. Lo habitual es dejar una lámpara o un "robot" que vaya girando y radiando todas las superficies. Obviamente, también requiere bastante trabajo, porque implica que los objetos a desinfectar deben estar en el rango de acción de los haces de luz, y no dentro de vitrinas ni en cajas. También debemos tener precaución con algunos acabados, porque puede llegar a decolorar los colores si se aplica con demasiada frecuencia, o a un envejecimiento prematuro de plásticos y resinas.

| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Entiendo lo de quitarse la mascarilla para que así las cámaras puedan identificar al cliente. Algo que a Paul Davis le facilitaría mucho el trabajo. Sin embargo, de cara al riesgo sanitario, lo veo arriesgado para el cliente.

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    1. Si te la quitas y te la pones cogiéndola por las cintas y tirando de ellas, no debería ser un problema. Creo que es mucho más peligroso la moda esta que se está viendo cada vez más de ponerla en el cuello, la llamada "bufanda del verano de los tontos"

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