En concreto, en Suiza, cuna de la relojería y que, por aquel entonces, se encontraba invirtiendo ingentes sumas de dinero y grandes operaciones en aquella nueva tecnología de relojes digitales, que acababa de aparecer y amenazaba con dejar las fábricas de relojería mecánica hechas unos solares.
Y es que en Suiza fue donde se levantó la primera factoría en el mundo, con nada menos que 39.000 metros cuadrados de superficie, íntegramente dedicada a la manufactura de LCDs con tecnología TN (la tecnología previa a la STN). En marzo de 1973, Ebauches S. A. y Faselec, que por aquel entonces era una subsidiaria de Philips en tierras helvéticas dedicada a los circuitos integrados (IC), presentaron el primer prototipo de reloj digital, puede decirse que uno de los primero en Europa. Estaba realizado por el especialista BBC, y optimizado por la firma Balzers Ltd., del pequeño principado de Liechtenstein. Fue a partir de ahí que, vista lo prometedora de esa tecnología, decidieron poner en pie la fábrica en Lenzburg.