Hace unos años, la firma Apple adquirió una antigua patente de Casio para usarla en sus relojes inteligentes (la número 7,868,880 en concreto). Esa patente era esencial, porque permitía mostrar la información, y permitía utilizar unidades de control y formas de visualización para hacerlo, en las modernas pantallas de los relojes inteligentes. Se puede decir que, en cada reloj de Apple, va un trozo de Casio (paradójicamente Apple acabaría haciéndose dueño del mercado de los smartwatches, pero eso en aquellos tiempos aún estaba por ver).
Sin embargo, Apple a partir de sus Series 3 (y sucesivas, hasta nuestros días) continuó su propia evolución, y es ahí dónde aparece el problema. La compañía Solas OLED Ltd., afincada en Irlanda, acusa a Apple de extralimitarse en esa patente y evolucionar su tecnología fuera o más allá de lo que le permitía. Algunos mentideros afirman que Solas lo único que quiere es sacar tajada con todo esto (ya lo hizo en procesos similares contra Google, LG, Samsung...), de hecho se les acusa de ser lo que se conoce en el argot como una "patent troll", compañías que buscan los mínimos resquicios de tecnologías que se salgan de las patentes para denunciarlas y obtener con ello beneficio. O dicho de otra forma: no aportan nada al consumidor ni al mercado (ni, sobra decirlo, a la evolución de los productos o tecnologías), solo buscan sacar pasta, dicho coloquialmente.