Con los disgustos que, últimamente, nos dan en Casio y lo poco que nos gustan sus últimos lanzamientos, alguien podría pensar leyéndonos que estamos a un paso de dejar de hablar de Casio, o incluso podrían preguntarse el por qué no lo hemos hecho ya. Es incluso algo que también se nos pasó por la cabeza y hasta nos atrevimos a intentarlo, aún a pesar de seguir pensando, sinceramente, que en la actualidad
no hay marca alguna mejor que Casio. Es cierto que Casio no hace los relojes que nos gustan (o, por lo menos, no los que nos gustarían al cien por cien), pero es que el resto no los hace mucho mejor. Quizá Nixon sea una excepción, sobre todo tras el lanzamiento de su
Base Steel, pero el hecho de que todos ellos sean invertidos lo descartan automáticamente e ipso-facto de convertirse no ya en un sustituto de Casio, sino ni tan siquiera en un competidor.
A diario uso un reloj de Casio, paso todo el día con él e incluso por las noches es el reloj que uso para ver la hora y, cuando lo necesito, como despertador. Podría decirse que me paso las 24 horas del día con mi reloj de Casio. Al contrario que -por desgracia- mucha gente hoy (sé que quienes nos leéis no, puesto que vosotros también hacéis un uso intensivo de vuestros Casio) uso y consulto el reloj constantemente. Por diversas cuestiones exprimo muchísimo su cronógrafo, tanto es así que en esas 24 horas el cronógrafo de mi Casio
no para quieto ni un momento. Por fortuna es un DataBank y, gracias a ello, dispone de horario en todos los modos de manera que aunque necesite consultar el cronógrafo, puedo también consultar la hora. El cronógrafo necesito que se mantenga activo muchas horas (a veces, más de doce) y para eso me viene genial que sea un cronógrafo de amplio rango (con un alcance de 24 horas).