Con un solo canal de televisión, en muchas ocasiones sin demasiadas opciones y con una más que limitada programación infantil o juvenil (¡ya hubiésemos querido tener nosotros los canales temáticos de ahora!), la mejor opción era salir a la calle y buscarnos "nuestras propias aventuras", llamando a los amigos del barrio, la pandilla, o a veces solos. Unas monedas en el bolsillo (que desaparecían tan pronto las conseguíamos), y con ellas nos dirigíamos a nuestra tienda o quiosco habitual (o el más cercano de nuestra casa), en donde solíamos gastarlas en nuestro pastelito favorito. Para algunos eran los Charlie. Para otros los Tronkito. Para otros Bucanero, Bony o Tigretón. Pero si había alguno favorito para la mayoría era el Phoskitos.
Propiedad de Nutrexpa, Phoskitos surgió como una variante de Phoscao (el cacao en polvo de muchos de nosotros y de nuestros padres) para niños, en forma de "pastelito-bombón", una manera de reunir en un mismo alimento el tradicional bocadillo de pan con onzas de chocolate de nuestros abuelos.