Increíble la cantidad de noticias con las que nos hemos despertado esta mañana. Tantas, que no damos a basto para afrontarlas y ponéroslas por orden. Intentaremos hacerlo, no obstante, aunque no es tarea fácil. Es que son muchísimas (y vendrán más).
Por de pronto, Casio ha dado un giro de 180 grados a buena parte de su política. Al menos, de momento. Sin "comerlo ni beberlo", de improviso, ha decidido varias cosas. La primera: traer a Europa los W-219. Era inesperado. Y no sabemos la razón, aunque todo apunta no a que ese reloj no se vendiera en los mercados emergentes, sino que querían lanzarlo allí primero. Sea como fuera, sea la razón que fuese, un aplauso y nuestra más ferviente enhorabuena a quien haya decidido en Casio tomar esa decisión, o defender el traer esos relojes. Eso sí, ahora sólo falta que traigan los W-737, nos "devuelvan" los DW-291, y todos contentos. Aunque en ese sentido parece que la cosa es "más complicadilla", se rumorea que probablemente en Casio lo que piensan hacer es "darles el finiquito" a los DW-291 actuales, pero que nadie se asuste: lo harían con el fin de lanzar variantes (o sea, más colores) distintas. Pero ésto, como decimos, no es nada seguro.