El nuevo modelo de la marca nipona supone un auténtico homenaje, no sólo a los modelos que hicieron famosa a la marca en los ochenta, sino a los sentidos y a las sensaciones. A los sentidos, por su forma y por lo que inspira ésta, y a las sensaciones, por su tacto y sus acabados. Sin duda, el mayor logro del W-215 se encuentra en haber podido mantener en equilibrio un modelo de aspecto de gama mayor, con unos costes realmente bajos.
El W-215 continúa la línea que ya estrenara el F-108, esto es, relojes de diseño cien por cien Casio, fácilmente identificativos, y que suponen un reencuentro con sus líneas de productos más aplaudidas por los usuarios de todas las épocas. El W-215 complementa perfectamente la funcionalidad de un módulo digital conocido, eficiente y robusto, fácil de visualizar por sus dígitos de generosas dimensiones, y de muy bajo mantenimiento gracias a su pila de gran duración, con el diseño y la diversión que busca el usuario de relojes digitales actual. Pocos fabricantes hoy en día ofrecen tal variación de aspectos y tantas características en conjunto. Es, en definitiva, el modelo que pone de acuerdo la cabeza con el corazón.