Muchos usuarios se quejan (con parte de razón, tampoco vamos a negar la evidencia) de que los podómetros ("pedometers") no tienen nada que hacer frente a los más modernos relojes GPS para medir las distancias. Esto es así porque utilizan una tecnología muy diferente: mientras estos últimos recurren a la extrapolación de unos datos que se obtienen tomando como referencia nuestro emisor/receptor y que se calcula con unos satélites en la órbita terrestre que son propiedad de Estados Unidos, y donde puede haber pequeñas diferencias de unos pocos metros (no obstante, ya lo hemos dicho varias veces, los acuerdos de la utilización de satélites GPS, al ser de uso militar y propiedad gubernamental, no tienen garantizada ni su exactitud, ni la fiabilidad de sus datos y pueden en cualquier momento restringuir el acceso por cuestiones de tráfico o de operaciones militares; digamos que el GPS es un sistema que los Estados Unidos "prestan" a las empresas dejándoles la franja de uso que tienen libre pero que, al contrario que el sistema civil Galileo, no es ni mucho menos todo el potencial del que disponen), con el podómetro sólo estás "tú y tu reloj", no dependes de nadie, ni siquiera de que estés en cobertura (para emitir y recibir datos de un satélite es imprescindible estar en la vertical de la posición de ese satélite y dentro de su campo de cobertura, ya que ésta varía notablemente debido al movimiento de rotación terrestre y la variabilidad y operatividad del satélite según las zonas donde sus usuarios militares lo requieran). Al ser tecnologías tan diferentes, algunos usuarios piensan -o tratan- de utilizar un podómetro como si un sistema con GPS se tratara, y otros ni siquiera se han preocupado en informarse (o "formarse") sobre cómo se usa éste elemento. Aquí vamos a tratar de explicaros cómo utilizarlo para que podáis sacarle el máximo partido.
Casio tiene varios relojes con tecnología de acelerómetro ("accelerometer"), y aquí vamos a recurrir a uno de los últimos y más completos: el fantástico SGW-200 de la línea OutGear. El secreto de este reloj es un sensor de aceleración (erróneamente llamado por algunos como "sensor de movimiento") que se encuentra situado en la parte central del lado izquierdo del reloj (desde nuestra visión frontal). Éste sensor es capaz de producir señales eléctricas que son interpretadas por un ordenador (el "chip" de nuestro reloj, en éste caso), transformando los impactos que producimos en cada pisada a una determinada escala (por ejemplo, a metros). Lo que hay que tener muy claro es que para un uso correcto éste sensor es "personal", y depende de la distancia que demos con cada paso, pudiendo así ajustarlo no sólo a diferentes personas, sino también a diferentes variaciones de movimientos que hagamos. Así, un día podemos configurarlo para caminar, y otro, sin embargo, para correr.