Son, en cierto modo, una forma de agradecer a todos los fans el ser el G-Shock que más se vende (o el más vendido, para ser más precisos, 65 millones de unidades, nada menos), y por eso, manteniendo la estética, Casio hace "más G a éste G". Inicialmente en cuatro versiones (todas invertidas menos una, lo que es una patente muestra de que lo principal de este reloj es la estética), estos nuevos GD-X6900 llegan ahora a rozar los -sujetaros para no caeros- los 60 mm, con nada menos que unas proporciones de 57,5 × 53,9 × 20,4 mm (sí, la "tanqueta", el GX-56, se queda ahora en unos "ridículos" 55,5 mm). Pensarás: "dos milímetros no es tanto". Bien, en un reloj dos milímetros sí lo son, porque se notan muchísimo (si no fuera así, las medidas las daríamos en centímetros, no en milímetros).
Muchas de sus otras características se mantienen igual, aunque destaca en ellos la incorporación de una pila CR2032 con una duración de diez años (los DW-6900 actuales tienen una duración de sólo dos años), y el añadido de Alpha Gel, un componente absorvente de la familia de los polímeros, que hace la función (por decirlo a
grosso modo) de "colchón" entre la caja y la electrónica. En este caso, sin embargo, este elemento se encuentra en la parte posterior del bisel, que en el modelo semi-transparente llega a apreciarse simplemente para darle espectacularidad.