Versus: DW-291 contra el W-737 (y lo que puede hacer una tanqueta y una carreta)

Admito que le tenía muchas ganas a esta comparativa, porque dentro de su gama, y de su particular filosofía, tanto el DW-291 como el W-737 son productos muy similares. Pero empecemos por eso: por su filosofía, por la base.

Como a muchos no les agrada el mundo militar para referirse a estas cosas, empezaré recurriendo al mundo industrial, más útil y amigable para todos. Y es que si al GX-56/GXW-56 de G-Shock se le ha venido a llamar con el apodo de "la tanqueta", al W-737 justamente se le podría aplicar, por su imagen que recuerda a aquel modelo de G-Shock, sus formas y proporciones, "la pseudo-tanqueta", o más bien - y más práctico - "la carreta".




Pero comencemos con las definiciones. Jung es una firma alemana fundada en 1972 por el empresario Karl-Heinz Jung. Actualmente es una de las marcas más reconocidas en el sector industrial, y todos sus vehículos de carga (incluyendo tanquetas) se hacen y ensamblan íntegramente en Alemania. Sus bestiales tanquetas son capaces de mover cargas de miles de toneladas, y funcionan también en modo autónomo.

En contrapartida tenemos a la firma española Jaso Industrial Cranes. Con sede en Guipúzcoa, esta marca nace en Itsasondo en 1965, y actualmente sus productos se ensamblan en España, India, México y Argentina. Jaso es líder en movimientos de cargas, ofreciendo carretas industriales de gran calidad.



Ya tenemos sobre la mesa, pues, la "tanqueta" y la "carreta", desde un punto de vista industrial. Ahora bien, pasemos al mundo militar, para el resto de nuestros lectores que sí les interese.

Una tanqueta en un vehículo blindado (BRM), utilizado no solo en operaciones militares (sobre todo de reconocimiento y transporte), sino también dentro del ámbito civil, por ejemplo, para dispersar concentraciones furiosas de gente. Las policías de muchos países, para estos fines, disponen de tanquetas.



En contraposición tenemos los carretones blindados para transporte, como los de la familia M113 del ejército estadounidense, más humildes que los vehículos de transporte más equipados, como los Stryker.

De manera que, si el GX-56 es "la tanqueta", pues amigos, sería bastante propio decir que el W-737 es "la carreta". No es peyorativo, de hecho es bastante sustancial con el reloj que tenemos entre manos: útil, práctico, y sufrido. O sea, hecho para ser "torpedeado", maltratado, acribillado y vapuleado en terreno enemigo, pero que en cuanto giras la llave, vuelve a funcionar "su cascajo" de motor, aunque ande una ridiculez y apenas pueda protegerte de las balas. Pero es funcional y un recurso enormemente práctico. Eso es el W-737.



En el otro lado tenemos al DW-291, ni más ni menos que todo un HD: cristal mineral, resistencia al agua de 200 metros, bisel protector, pulsadores duros de metal con doble junta... El W-737 sin embargo solo nos ofrece cristal de resina, su bisel es apariencia con tornillería de adorno, los pulsadores son bastante endebles y de resina también - aunque están sobredimensionados y con superficie rugosa -, y su resistencia al agua se queda en los cien metros.

Curiosamente, y por increíble que parezca, el precio de ambos relojes es muy parecido. Apenas 5 euros separan el uno del otro, y sin embargo, como acabamos de mencionar, las diferencias en cuanto a construcción de ambos relojes son abismales (aunque compartan piezas, por ejemplo, la correa es la misma en ambos relojes). ¿Entonces, qué es lo que hace que el W-737 sea tan caro? Bueno, uno de los aspectos es su módulo. Es un reloj increíblemente completo. A falta de la posibilidad de silenciar sus pulsadores - de lo que, por desgracia, carece -, el W-737 posee uno de los módulos más equilibrados y completos dentro de los relojes digitales de Casio, que es tanto como decir de los relojes digitales de todas las marcas.



Cuando hicimos su presentación ya os lo explicamos con detenimiento. Muchos relojes tienen "algo" de las funciones dentro del cronógrafo y temporizador que ofrece el W-737, pero es difícil encontrar un único modelo que las reúna todas. Ni siquiera el DW-291 lo ofrece. Y el W-737 sí las tiene, con un temporizador de lo más completo, y un cronógrafo que es capaz de auto-activarse, realizar conteo regresivo y alarma de inicio.

De forma que, si buscas un módulo y un reloj con todas esas especificaciones, difícilmente las encontrarás fuera del W-737. Ni siquiera, atención, en G-Shock tienen algo así. Cierto que es una "carreta" cara para lo que es, pero quizá por eso sea también, en parte, tan llamativa, porque su aspecto robusto es innegable, y al menos a nivel constructivo, tiene una identidad y una personalidad abrumadora.



Lo bueno de todo ello es que es "genuino". No es una imagen que copie "a otros", aunque por supuesto nos recuerde indudablemente a los mismos GX-56, pero dentro de ese parecido tiene características propias que le hacen enormemente atractivo, y si te gusta este reloj, te atrae sin complejos, incluso aunque no sepas por qué, hay algo en él que resulta enormemente seductor.

Así las cosas, uno se pregunta qué tipo de persona va a adquirir el W-737, teniendo el DW-291 con mejores materiales, un módulo muy completo, y casi al mismo precio. Pues muy pocas personas. Y eso debieron pensar también en Casio, que decidieron limitar su venta y distribución a unos pocos países. A día de hoy, cuando escribimos estas líneas, en España solo puedes conseguirlo si tú mismo te encargas de traerlo desde fuera de nuestras fronteras. Una lástima, que puede que solvente Casio en un futuro - esa idea tienen, al parecer -, pero que la coyuntura actual no les facilitó estas cosas, precisamente.



Y es que el W-737 llegó a cuenta-gotas al mercado. Aun tras haber anunciado Casio su puesta a la venta, era difícil dar con él. Los problemas de abastecimiento, y de producción, que trajo consigo la pandemia de coronavirus, afectaron a todo el sistema productivo de muchas marcas y fabricantes, y Casio, por supuesto, tampoco fue ajena a ello. De manera que tuvieron que establecer preferencias, y el W-737 fue uno de los damnificados.

Por todo ello, el comprador que adquiera un W-737, dejando aparte que estéticamente el reloj le atraiga, será aquel que sepa y conozca muy bien estos relojes de Casio y encuentre en el completo y atractivo módulo del W-737 esa función que estaba buscando, que le interese o/y que le atraiga. En suma, será un comprador conocedor del producto, porque alguien que solo busque un buen reloj, completo, bien fabricado y equilibrado de precio, obviamente optará antes por el DW-291.

Visualmente, como veis, ambos relojes son soberbios, y curiosamente muy parecidos en su esquema de colores, con leyendas en rojo, toques grises en algunos de sus elementos (pulsador en el W-737, bisel en el DW-291...), así que, además, guardan un cierto "aire de familia". Su aspecto robusto, hiperdimensionado y anabolizado, les otorga una imagen brutal. El W-737 con sus pulsadores cuadrangulares, alrededor de los cuales destacan unas imprecionantes guardas, y el DW-291 con sus botones de metal, construidos por Casio específicamente para su HD ya en fase de diseño con un tamaño generoso, con el fin de facilitar su operación incluso con guantes de trabajo. Ambos son eso: relojes para tiempos duros y tareas duras. Relojes para ponerte para la batalla. Lo difícil no es, por tanto, con cual puedes sentirte más tranquilo, ya que ambos tienen grandes virtudes y son muy prácticos. Lo difícil es por cual de los dos decidirte. Y es que casi dan ganas de salir con ambos para disfrutarlos a la vez, uno en cada muñeca.





























| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com

---

| DW291 | | W737 | | Tanqueta | | Carreta |