Si lo que hemos visto ayer en el CES de Las Vegas es lo que va a lanzar Casio al mercado de los smartwatches el próximo marzo, ya podemos emitir el certificado de defunción de la marca nipona. Al menos, a la Casio tal y como la hemos conocido hasta ahora.
Términos como "Casiodesastre" o "no atreverse a innovar" eran calificativos que emitíamos ayer en Twitter al poco de terminar la conferencia de prensa de Casio en el CES (a mediodía en Estados Unidos, las nueve en España). Un Twitter del que, por cierto, hasta Casio España lo abandonó (la cuenta oficial de G-Shock en España muestra un último twitt de octubre del año pasado diciendo que la abandonan, una imagen lamentable para una marca que quiere dar un aspecto juvenil y actual, y se permiten el lujo de retirarse de una red social, peor aún: "invitan" a sus seguidores a usar Facebook, lo que no deja de ser sorprendente en una compañía así).