En 1980 Casio asombró a propios y extraños presentando su primer LCA: eran la familia de los AA, representados por el AA-81, AA-86, AA-92, o el famoso A-201, inmortalizado en la película "El Trueno Azul" en la muñeca de Roy Schneider. Era muy llamativa la frase con la que la serie empezaba: "
Los instrumentos, armamento y los sistemas de vigilancia filmados en esta película son reales", en ella se ofrecía una visión de la tecnología más avanzada -y en muchos casos futurista- de la época, y ese Casio (del cual el director de la serie, John Badham, era un ferviente admirador y de hecho era el reloj que él mismo usaba a diario) era un ejemplo de todo ello.
A esos primeros AA y A (de "analogic") se fueron sucediendo los AE, los AX, los AN, para finalmente, ya entrados los ochenta, acabarse todos los LCA y dejar de ofrecerlos en un montón de años que llegó a ser, para todos los que amamos este formato, como una travesía en el desierto. Sólo algún G-Shock (como el DW-5900) llevaría ciertos LCA, y muchos de los modelos de principios de los noventa destinados al ámbito de los negocios (los llamativos y tan recordados "Graph", como el
BGR-10), pero no mucho más allá. Tendríamos que esperar a nada menos que el año 2000 para volver a ver un LCA "con todas las letras", fue el FS-02 dentro de la serie Film Watch que, en ese caso además, ofrecía el plus de ser Databank. El problema de ese reloj es que su módulo (el 2128), con sólo una pila CR1612 -debido a la necesidad de ser muy delgado- sólo nos daba una autonomía de apenas 2 años (y es uno de los pocos que realmente cumplen esa autonomía, puesto que extrañamente llegue mucho más allá, no como otros Casio que suelen ofrecer una autonomía mayor aunque sus especificaciones digan lo contrario). Y el otro gran inconveniente era que sus correas propietario no daban la posibilidad de ponerle otro modelo de correa, de manera que en cuanto dejaron de fabricarse, se acabó ese reloj.