La Universidad de Extremadura ha tomado una decisión que, aunque pueda parecer menor, supone un auténtico soplo de aire fresco para miles de estudiantes y es un precedente que puede cambiar significativamente las reglas del juego: permitir expresamente el uso de calculadoras clónicas baratas —las típicas “fx-991EX” y similares de AliExpress sin marca— en los exámenes de la EBAU. Hasta ahora flotaba la duda de si estos modelos “no oficiales” serían aceptados o acabarían confiscados por los tribunales, además de que en ciertos entornos académicos las consideraban "fakes no admisibles".
La nueva normativa lo deja cristalino: sí están permitidas siempre que cumplan las mismas limitaciones que el resto de calculadoras científicas tradicionales. Y lo dice sin rodeos: hay varios modelos en AliExpress o Shein, sin marca, que solo indican el modelo “fx-991EX”, copia del modelo Casio, “también están permitidos”.
La razón es simple y justa: lo que importa no es la marca, sino la tecnología. Mientras la calculadora no tenga transmisión de datos, ni almacenamiento alfanumérico, ni funciones graficadoras, ni programación real, es válida. Da igual si cuesta 60 euros o 8.
Este movimiento es, en el fondo, una corrección necesaria frente a un mercado donde la marca Casio ha dominado durante décadas, a veces con precios que se han disparado. Muchos estudiantes no necesitan una “Casio original”; necesitan una herramienta funcional, equivalente y asequible. Las clónicas cumplen esa función sin florituras.
El gesto de la Universidad de Extremadura tiene un mensaje potente: la igualdad de oportunidades empieza evitando que un examen dependa del bolsillo de una familia. Si una calculadora de 10 euros hace exactamente lo mismo que una de 35, y las condiciones técnicas son idénticas, no hay motivo para excluirla.
Para el estudiante, la consecuencia es inmediata:
• menos gasto innecesario,
• menos ansiedad por “si me la van a dejar usar”,
• y más claridad a la hora de prepararse.
Y a nivel institucional, la UEx manda un recordatorio saludable: la innovación también consiste en revisar normas que han quedado anticuadas y adaptarlas a la realidad tecnológica y económica actual.
Pequeña decisión, impacto enorme. Y una señal de que la educación pública puede, cuando quiere, ponerse del lado del estudiante sin perder rigor.
Una iniciativa que me hace reflexionar sobre dos temas:
ResponderEliminar1) Lo mal que está la economía española, donde a las familias les viene de pagar 30€ en una calculadora contra pagar 10€. Teniendo en cuenta que se usan durante 2 o 3 cursos, lo veo relevante.
2) El tiempo en que tardarán en lanzarse calculadoras aparentemente iguales a las fx-991, pero mucho más potentes. Si el profesorado ya no está al tanto de lo que hace una calculadora Casio (acordaros que lo expliqué en la web, al ganar un concurso entre profesores), cómo van a estar al tanto de lo que hace y no hace una calculadora de Aliexpress?
Por último, y en este caso hablando de propiedad intelectual, que en el fondo se la están fusilando a Casio. Que le parecería a la ciudadanía y a las editoriales, si para ahorrar dinero; y no hablamos de 20€ cada 3 años de la calcu, sino de 100€ el curso, en vez de comprar los libros a las editoriales, lo que hacemos es pasarlos por ChatGPT para que los redacte de nuevo y así no sea plagio, damos a los estudiantes impresiones? Un libro podría pasar de costar 30-40€ a costar 5€, eso sí es un ahorro... Espero que se entienda la ironía, porque en parte Extremadura es cómplice de las fusiladas.