En una ocasión había dejado algunos de mis relojes en un ambiente húmedo y enormemente agresivo, y tiempo después fui a recogerlos. Todos estaban hechos una porquería, especialmente sus correas, prácticamente destrozadas. Todos, excepto uno que tenía una correa de nylon: allí se mantenía como el primer día que lo había dejado. Como si nada hubiera ocurrido.
Desde entonces me confieso un incondicional de este tipo de material, no solo son correas duraderas, resistentes y sufridas - mucho más que las de resina, por supuesto -, sino además cómodas y muy ligeras. Son la mejores correas, por encima de las de materiales naturales como la piel, o artificiales como el caucho.