La cabeza del presidente actual de Casio, Kazuhiro Kashio, pende de un hilo. Tal es así que solo le podrá salvar una cosa: las ventas. El presidente del Consejo de Administración de Casio, Kazuo, decidió dejar el año pasado los mandos de la empresa (en junio se hizo efectivo) en manos de Kazuhiro. El presidente le dio un plazo de un año, y en marzo de este 2016 vería reducido su poder a un cargo simplemente representativo. Pero no le acaba de convencer. En unas declaraciones hechas a Itmedia ha mencionado que ahora mismo "está recapacitando", y si las previsiones de ventas no alcanzan sus objetivos simplemente no se irá.
Kazuhiro Kashio tiene por delante reformar el negocio de relojes en un periodo de tres años (2015-2018), en los cuales lanzará una galaxia de modelos en donde el WSD-F10 es solo el primer representante de, se supone, más versiones a partir de él. Esto, junto a la línea Premium, debería catapultar a la compañía por encima incluso de sus previsiones de ventas. Pero si no es así lo que ocurrirá es que en tres años Kazuo Kashio hará "borrón y cuenta nueva". De momento lo de irse "y desaparecer" ya parece menos probable que hace tan solo unos meses, y lo de jubilarse, aún menos.