
Le ha costado. Le ha costado muchísimo a Casio decidirse por lanzar un modelo totalmente nuevo dentro de su línea básica y que compitiera de tú a tú con nombres tan míticos como el F-91W,
W-71 o W-720. Pero al fin lo ha hecho. Su nombre de modelo lo dice todo: W-202. Es decir, aún por debajo del W-720 (que tiene cristal mineral, recordemos), pero por encima de muchos otros modelos que a muchos de nosotros nos han acompañado en algún momento de nuestra vida. Éste es uno de esos modelos que marca un antes y un después, un "punto y aparte". Estrena la nueva configuración de módulo (iluminación afterglow, eliminación del REM, y botón dedicado para la luz). Es un corte radical con el pasado. El único defecto es que su calendario abarque únicamente hasta el año 2039, aunque tampoco hay que pasar por alto la relativamente corta duración de su pila (respecto a lo que nos tiene acostumbrado el fabricante japonés, quiero decir): sólo tres años. Pero el completísimo módulo hace que todo eso quede en segundo plano. Además, su competitivo precio en ésta variante de resina lo hace significativamente más atractivo. Por eso, te lo pones y te olvidas de todo lo demás. Sólo necesitas mirarlo, y disfrutar.
Éste modelo recoge el módulo de sus variantes con pulsera de metal, los B640, que aparecieron el año pasado (en diciembre, exactamente). Por primera vez en aquélla ocasión, Casio estrenaba recubrimiento PVD negro en su línea más básica. La aparición de aquéllos modelos fue un poco "a escondidas", "sin levantar mucho ruido". De hecho, ni siquiera los anunciaron oficialmente. Eran un preámbulo, un preludio magnífico a éstos tres modelos que ahora completan el círculo, alcanzando con ello todas las variantes de los digitales de Casio: PVD, plateados, dorados (aunque en el caso del B640 sería mejor llamarle "cobrizos") y resina.