Casio anuncia para este mes, en Japón, los nuevos modelos de relojes inteligentes con GPS integrado, los GPR-B1000 en sus dos variantes (GPR-B1000-1, estándar, y la versión khaki GPR-B1000-1B). La lista de funciones que ofrece es interminable (en todo caso, ya la hemos dado), pero podemos ahondar, aprovechando la ocasión, más en sus múltiples virtudes. Por ejemplo, la brújula podrá auto-calibrarse (calibración por rotación), que es una función que, por desgracia, en algunos modelos la han eliminado, pero que la mantienen (menos mal) en el GPR-B1000. De esta manera la calibración de la brújula se le podrá realizar en cualquier sitio, si es que vemos (o intuimos) que algún campo magnético cercano la ha podido "confundir".
Pero si la anterior era una buena noticia, ahora una mala: el display solo será invertido, y no se le podrá desinvertir (o positivar, como prefiráis llamarlo). Además, el idioma por defecto será el inglés, y tampoco se le podrá cambiar (probablemente por cuestiones de adaptabilidad: el display está pensado para ofrecer en el poco espacio disponible una cantidad de información relevante, y cambiar de idioma haría que se trastocase todo, por ejemplo, que muchas de las leyendas apareciesen cortadas). Cierto que ésto Casio podría haberlo solucionado con un sistema de "scroll", pero es algo tan complejo que, probablemente, ni se lo hayan querido plantear. Recordemos que éste
no es un Android, sino que es un reloj inteligente realizado "a puro código máquina", o dicho de otro modo: al más bajo nivel. Lo que le hace robusto, ciertamente, pero también le resta flexibilidad. Da lo mismo: quienes quieran flexibilidad que se vayan a por un WSD-F20, el GPR-B1000 está genialmente bien así.