Iba a dejar este post para más adelante, cuando la cosa "se enfriara", pero no puedo resistir a compartir con vosotros mi desolación, tristeza y lástima que, desde la distancia, siento por Venezuela. Un país que lo tenía todo: riqueza, un buen clima, una bastante holgada posición dentro del ránking internacional... Pero he aquí que llegaron dos sicarios al poder (el que está, y el que estuvo), y comenzaron a hacer de chupasangres al pueblo y acabó donde están ahora. Tras la escasez de todo tipo de bienes básicos (comida y agua también), se ha unido ahora la falta de electricidad y combustible. En algunos lugares llevan casi una semana sin luz. ¿Os imagináis estar una semana sin electricidad? Creo que difícilmente nos haríamos nosotros una idea, tan acostumbrados a la dependencia de lo electrónico para todo tipo de cosas. Creo que ya lo hicimos otras veces, pero os pido que, una vez más, hagamos un pequeño esfuerzo y un ejercicio de imaginación. Vamos a ello.
En los primeros momentos, olvídate de televisión, ya que no podrás encenderla, y también tendrás que olvidarte del ordenador, refrigerador, lavadora, y tantos electrodomésticos que funcionan enchufados directamente a la red eléctrica. A los pocos días, olvídate de smartphones, móviles o tablets: todos ellos están muertos sin su dosis de recarga diaria. El automóvil podrás usarlo con suerte, porque - lo hemos visto en Venezuela - si sales con él a la calle es probable que te lo roben, o que no haya combustible y te deje parado.