En el ecuador de este décimo aniversario me gustaría compartir con vosotros algunas reflexiones. Es cierto que en todo este tiempo ha habido muchos momentos en los que este blog, podría decirse, me ha dado ciertas satisfacciones. Pero si tuviera que poner en una balanza los momentos agradables y agridulces, diría que pesan bastante más estos segundos. Lo comentaba esta mañana con
Guti, no es nada fácil llevar una publicación de estas. En todos estos años, los únicos parones que hemos hecho en
ZonaCasio han sido por causas de fuerza mayor, bien porque me quedé sin conexión a Internet (unas cuantas veces, bueno, de hecho ya he perdido la cuenta de las que han sido, la verdad...), o por enfermedad. Diez años en los que nunca has disfrutado de vacaciones, siempre tienes que estar ahí, y si un día te tomas un descanso, al siguiente tienes que venir y publicar tres posts. O dejarlos programados (cuando eso era posible, que no siempre lo era porque no podías conocer las novedades ni acontecimientos futuros). Cuántas veces llegué a casa, agotado, a últimas horas de la noche, con ganas de tirarme en la cama y no hacer nada, y encontrarme con una noticia de Casio, una novedad llamativa, o un mensaje de algún contacto informándome de algo que era imperativo publicar.
¿Todo eso por qué? No lo sé. Hace unos días me proponían anunciar
la tienda en una página especializada en relojes. Les pregunté: "¿Qué tienda?". "La que tienes en Zona Casio", me respondieron. "¡Ah, esa 'tienda'!". Tuve que explicarles las razones de por qué esa tienda estaba ahí, y por qué la había hecho. Así que cuando me ofrecen algo así les digo que ni se molesten, "no, tranquilos, si no hace falta que publicitéis eso, ¡si mañana puede desaparecer!".