Mucho se ha hablado de los relojes de Casio en los ochenta, bastante también de sus modelos en los noventa (sobre todo en cuanto a G-Shock, su época más fructífera y dorada, seguramente), pero muy poco de la Casio que comercializaba sus modelos durante los primeros años del cuarzo.
Todos, más o menos, sabéis ya la historia: los americanos habían probado el efecto de vibración del cuarzo al serle aplicada una corriente eléctrica, también su uso práctico en relojería, junto con el gran avance que haría de los relojes algo nunca visto hasta entonces: los LCDs y la ordenación de los cristales de cuarzo. Toda esa tecnología pasó a manos japonesas, quienes supieron ver su potencial y sacarle auténtico partido.