Cuando buscamos robustez, durabilidad y resistencia, sin duda el acero no suele tener rival. Difícil de rayar, muy sufrido y que soporta bastante bien el rudo trato, fue el material elegido para las duras cajas de los primeros G-Shock. Es, por decirlo así, "el material histórico" de los G-Shock.
Sin embargo, muchos años después (más de diez años, en realidad), Casio se vio en la necesidad de ofrecer un material más, digamos, "elitista". Un metal que aunque ya no cumpliera tan bien esa labor (el titanio es más fácil de rayar), fuese muy apreciado por sus clientes. Así nacieron a finales de los noventa los G-Shock de titanio, con aquellos MR-G que todos tenemos en la memoria.