Hay una discusión desde hace muchísimo tiempo sobre los calendarios perpetuos, su complejidad, el por qué Casio no los utiliza de forma genérica y la comodidad de un reloj con un calendario de ese tipo. Lo cierto es que hay tal mezcla de conceptos y tal enmarañamiento (siempre que nos metemos con los números es fácil liarse o no explicarse muy gráficamente) que reducirlo todo a un simple posts apto para que lo lea y lo entienda cualquier profano en la materia, y hacerlo a la vez interesante para un profesional relojero, es enormemente complicado. Aún así vamos a intentarlo.
Lo primero vamos a desmitificar algunos principios que se suelen dar por sentados: un calendario perpetuo no es perpetuo. No existe un reloj, mecánico o de cuarzo, con calendario perpetuo. Todos los relojes tienen que tener un mínimo ajuste. Es cierto que los mejores relojes mecánicos con calendario perpetuo casi no se ajustan en la práctica, pero si el reloj lo heredan generaciones y generaciones, alguna de ellas acabará teniendo que ajustarlo. Esto "lo tienen que agradecer" los maestros relojeros al Papa Gregorio XIII, que estableció el calendario gregoriano (el que usamos en la actualidad, para mejorar el anterior calendario juliano) y que desde 1582 sentó el principio de que también habría siglos bisiestos. El fin era solventar un fallo de precisión del calendario juliano, que se retrasaba 0,0078 días por cada año. Así, en su bula Inter Gravissimas, este Papa propuso suprimir un año bisiesto cada cien años. Como curiosidad, la Luna tiene una relación muy importante en esta reforma, haciendo coincidir determinadas fechas (lo tienes explicado bastante bien en la Wikipedia) con celebraciones.