Desde que desaparecieron los pulsadores hundidos con los últimos Casio "históricos" que quedaban (los W-71, F-28 y W-720 fueron los últimos que dejaron de fabricarse), tengo una especie de guerra con los pulsadores de Casio. Su sistema de tres pulsadores no me pareció nunca ni muy fiable, ni muy eficiente. El hecho de que se pueda configurar el reloj y acabe trastocándose todo su horario con la simple pulsación de un botón que está "en el aire" siempre me pareció uno de los mayores defectos de ese tipo de modelos. De hecho, y aunque por su sencillez fueron siempre mis preferidos, dejé de usarlos. ¡Cuántas veces, al mirar la hora, me encontré con algún dígito parpadeando, a punto de cambiar con el toque de un botón! Me llevaba sustos tremendos, porque ya no sabía si la hora que allí se mostraba era la correcta o no y esto, para alguien que lleva solo un reloj (ni siquiera en el móvil), es crucial. Porque tiene que ser, ante todo, fiable.
En estos tiempos de pandemia cobra, si cabe, más relevancia. En mi región estamos de nuevo al borde de eso que llaman "alerta", "restricción de movilidad", o "nuevo confinamiento" que se están sacando ahora de la manga para que la economía no se vea muy trastocada. Zonas limítrofes ya han entrado en ese estado durante las últimas horas.