La década de los noventa parecía casi como un tiempo de tránsito, un preludio del prometedor nuevo siglo. Pero al final nos reservaría una sorpresa para todos: el año 2000 o, como se conocía habitualmente, el "Y2K" o "el efecto 2000". Como bien sabéis, para ahorrar memoria (algo tan valioso en los primeros años de la microinformática) la mayoría de sistemas informáticos se habían desarrollado sin incluir los siglos, de forma que al programar las aplicaciones en lugar de contemplar el año como "1979", por ejemplo, se contemplaba como "79", simplemente. Como no había centurias, cuando se pasase de siglo y llegase el 1 de enero de 2000, para el sistema informático así programado sería el 1 de enero del año... ¡1900! (ya que el 99 pasaría a ser el 00, es decir, a 1999 pasaría a seguirle el 1900).
Esto supuso un grave contratiempo y se adoptaron todo tipo de medidas para evitar el caos, invirtiéndose miles de millones de dólares en compensar, corregir o sustituir software y hardware "anticuado". Y es que podrían darse casos como que una persona contase con años negativos (para el sistema informático esa persona "no habría nacido" aún), e incluso se podría dar la paradoja que en aplicaciones que van incrementando años el 99 pasaría a ser el 100, y automáticamente el sistema pasaría a creer que ese año sería ¡el 19100!. En este caso los datos de personas de sus registros serían aún más absurdos: una persona tendría miles de años de vida.
Al final, gracias a la previsión y esfuerzo de cientos de miles de programadores, informáticos y gestores en general, se evitó la catástrofe que se había anunciado años atrás. En Casio, como compañía tecnológica que era (y es), también se lo tomaron muy en serio. Por ello se creó un equipo especializado denominado Casio Y2K Project Team que sería el encargado de encontrar, calibrar y en su caso corregir los defectos de todo su software y hardware con este problema, porque Casio vendía (y vende) también muchos componentes informáticos para empresas. Dentro de este grupo existía personal encargado de establecer pautas de respuesta y soluciones con las compañías, pero, además, a la vez también se trabajaba en que el problema del Y2K no afectase a la propia Casio, sus líneas de producción, sus productos, sus sistemas de transporte... El grupo de trabajo tenía como fecha tope para solucionar todos los problemas el mes de septiembre de 1999. Después de ese periodo Casio, y todos los productos por ellos fabricados, deberían estar libres de ese peligroso efecto 2000.
Por supuesto, el trabajo de este equipo también alcanzó a los relojes producidos por Casio. Encontraron tres opciones específicas que se daban en los relojes, aunque aclararon que todos los modelos que producían cumplían con los requisitos para superar el efecto 2000. En ese tiempo vendían tres productos de relojes diferentes: unos no tenían función de calendario, por lo que el efecto 2000 para ellos era inexistente. Otros disponían ya del calendario preprogramado, por lo que tampoco el efecto 2000 les afectaba. Los más "delicados" eran los modelos de la tercera categoría: los del calendario automatizado para 28 días en febrero. Como el año 2000 era bisiesto, y en estos relojes el calendario solo alcanzaba para 28 días en febrero (y no para 29), sus propietarios deberían de poner el calendario a fecha el día 1 de marzo (como el calendario contaba un día menos, para ellos sería el 2 de marzo). Ese era el único inconveniente que encontraban en sus relojes. En Casio aconsejaban hacer un reset a la fecha (repetir la fecha, en suma) a finales de febrero para compensar.
Pero, como bien sabéis, éste es un problema común en los relojes con calendario automatizado para febrero, en los cuales no contemplan el año (en realidad sí lo contemplan, pero no un año específico, como en los modelos con fechas pre-programadas). Para todos los que usaban este tipo de relojes (y usan) el "efecto 2000" no pasaba de ser más que un año bisiesto más, con sus habituales inconvenientes.
La forma de trabajar de Casio (con relojes pre-programados más allá del año 2000, o con calendarios automáticos) hizo que, pasase lo que pasase durante ese amenazador año, los usuarios de sus relojes pudieran seguir usándolo con seguridad. Ese año podría haberse producido una enorme tragedia, se decía que algunos misiles podrían llegar a lanzarse por errores de sus computadoras (por fortuna no ocurrió nada de eso), pero si hubiera llegado a ocurrir tu reloj Casio seguiría funcionando. Algo que no podían decir muchos otros sistemas, los cuales quedaron obsoletos antes de tiempo.
| Redacción: Zona Casio
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