El GX-56 crea controversia, polémica y desde luego es uno de esos relojes que o bien eres fan de él, o no lo eres en absoluto. Lo hemos comprobado tras haber tenido la oportunidad de contrastar opiniones y enseñarlo, un modelo que desde su aparición se ha ganado un ejército de incondicionales y de fieles seguidores.
Lo primero que he visto que llamaba la atención es algo que muchos se quejan también en este modelo: que no se ve un carajo en él. Menos aún en la variante invertida que hemos probado, y a pesar de lo enorme de su tamaño, el display es minúsculo. Obviamente en el GX-56 no se persigue que tenga un display enorme tipo AE-1500 para que se vea fantásticamente bien. Sus virtudes son más bien otras, y lo que ha perseguido G-Shock en este modelo es, sobre todo, ofrecer un reloj mega-resistente, llevando a G-Shock al límite de lo que la protección de la resina puede ofrecer, y la robustez de una caja -también de resina- permite.