Pocas veces iniciamos un artículo con la imagen de la trasera de un reloj. Pero creo que en esta ocasión lo merece, porque la trasera de este humilde F-30 es, con diferencia (y con el permiso de algunos "G" y de modelos como el DW-3000), una de las más impactantes que se pueda ver en un reloj. No por su acabado, su pulido o su dibujo grabado, sino por las formas de su diseño que recuerdan tétricas sombras nocturnas, góticos trazados como los de la propia ciudad de Gotham, de películas procedentes de la misma década -la de los noventa- en que el reloj fue lanzado, como "Batman Returns" (1992) o "Batman & Robin" (1997). Porque precisamente casi a la par que el "retorno de Batman", llegaba a las tiendas este modelo.
El Casio F-30 es uno de los relojes que más engañan en su aspecto, y el cual, como algunos G-Shock, sólo alcanzamos a darnos cuenta de su verdadera magnitud cuando lo presenciamos en directo. Parece un reloj pequeño, casi una nimiedad, pero si lo ponemos delante de todo un DW-5600 nos daremos cuenta de sus verdaderas proporciones. Es, por tanto, un reloj imponente, tanto en su caja como en sus dígitos, los cuales se ven magníficamente bien gracias a dos cosas: las generosas dimensiones de su caja, que acabamos de mencionar (y que favorece un display grande) y al altísimo contraste del filtro polarizador elegido por Casio para "vestir" sus dígitos, que además son muy marcados y se ven desde cualquier ángulo, incluso desde los laterales. Sin embargo el punto más flojo de su display es la marca de AM y PM (el F-30 no posee horario de 24 horas), la cual no se llega a apreciar bien si la luz ambiental no es muy buena.