El último Beside

Este mes se cumple un año desde que Casio lanzara el último Beside, el BEM-SL100. Desde entonces, esta línea de relojes prácticamente ha desaparecido, en algunas páginas oficiales se ha eliminado, y solo quedan algunos modelos relegados a países de extremo oriente, como Bangladesh. Una pena para una línea de relojes que tenía como principal valuarte el diseño y que, en ocasiones, llegó a competir con Edifice.

Desde que vi aquellos BEM-506, poco tiempo de abrir este blog, he sentido deseos de tener un Beside de Casio. Mientras que Edifice se ha convertido en la marca de analógicos por excelencia, Beside se ha mantenido siempre en un relativo segundo plano. A eso hay que añadir el hecho de que Beside se distribuía principalmente en el mercado asiático, y no es fácil que llegasen todos sus modelos al resto del mundo, al contrario que Edifice, con una difusión más internacional.




La otra diferencia fundamental respecto a Edifice es que, mientras en esta marca prima ante todo el diseño deportivo, en Beside encontramos diseños más clásicos, variantes más artísticas, si se quiere ver así, donde el arte relojero cobra principal protagonismo y tiene un papel primordial. Es el arte en cuarzo, sin ningún género de dudas.

Junto a ello encontramos materiales de gran calidad, las cajas en Beside son todas de metal macizo, y su cierre, a rosca. Sus cristales son todos minerales, cuando no de zafiro.


Por contra, Casio suele incorporar en ellos movimientos de Miyota, así que - al menos en el momento de escribir estas líneas- no tenemos en Beside tecnología solar, ni pilas de larga duración. Y puede que ya nunca lo tengamos, tras la más que patente - al parecer - clausuración de esta línea.

De entre las variantes existentes en Beside admito que muchas son mis favoritas, ya he mencionado el BEM-506, pero también se encuentra el BEM-511, un modelo lanzado en 2014, o los preciosos BEM-150 y que, a mi modo de ver, es uno de los más equilibrados, con una pila de tres años de autonomía (lo máximo que puede ofrecer hoy Beside, la otra opción son dos años), caja de acero inoxidable (maciza) con cierre a rosca, y cristal mineral.


En estos BEM-150 el colocar el segundero en una subesfera a las seis no es algo que me agrade, aunque como seguramente sabéis sea una de las pocas alternativas de opciones que "la gente común" podía elegir antaño en sus relojes mecánicos más asequibles: o segundero central, o en un subdial. A su favor tiene que reduce uno de los efectos más molestos que tengo con este tipo de relojes: el ruido de sus manecillas. Con un segundero más pequeño, y compacto, ese molesto ruido se reduce notablemente.

Su diseño retrofuturista - reforzado por el fondo negro en la variante de dicho color - le da un toque muy neoclásico, me ha recordado a los modelos que vemos en películas como Men in Black. Es eso sin duda lo que me llamó la atención, además de no contar con adornos o grabados en su fondo, que es limpio y despejado.


En su diseño destaca también la peculiaridad de su caja, la cual, aún con forma central circular, posee un corte un tanto cuadrangular con unas esquinas muy redondeadas, lo que le da un aspecto singular y aumenta ese aire retro tan atractivo del que hablaba.

Como en la mayoría de Beside, parece un reloj mecánico, sin duda eso es lo que perseguía Casio con estos relojes, uniendo lo mejor de un diseño histórico con la tecnología y utilidad de un movimiento de cuarzo.


Lo más fantástico es que esta espectacular combinación, que en marcas como TAG Heuer, IWC o Bulova puede costarte varios miles de euros, en Beside lo puedes conseguir por menos de cien. Todo un logro, al poner al alcance de muchos bolsillos lo que en otras marcas tienen solo para gente pudiente.

Larga a vida a Beside, pues.



| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com