Cuando estás arriba, cuando la fortuna y la fama te sonríen, todo es alegría, divertimento. Visitas lugares exóticos, todo el mundo quiere ser tu amigo y te sientes como si fueras el centro del universo. Pero si caes en desgracia, si, de repente, la enfermedad te alcanza o cometes un error que empaña tu reputación, entonces todos se olvidan de ti. Esto ocurre, y ha ocurrido, durante buena parte de la historia de la humanidad. Es una constante humana, un círculo que se repite. Y cuanto más insolidaria es la sociedad, más se deja deslumbrar por los brillos pasajeros y más injusta es con quienes caen en desventura. Que se lo digan a famosos de la farándula, dias atrás aplaudidos, vitoreados y amados en los escenarios, y hoy reducidos a simples sombras de las cuales nadie quiere ni le interesa saber su estado actual. Muchos mueren en el más completo abandono. O a futbolistas, como Ronaldinho, que dejaba a todos boquiabiertos con su perpetua sonrisa y simpatía.
Algo parecido le ocurrió a este reloj, al F-28W que hoy os traemos aquí. Antaño era uno de los modelos más cotizados, compañero inseparable de afortunadas muñecas y de propietarios que lo lucían con orgullo. De pequeños -y no tan pequeños-, de estudiantes, de escolares de toda clase. Hoy relegado a ser un ejemplar condenado a desaparecer y arrinconado en los catálogos. No vamos a descubrir nada nuevo sobre sus virtudes, tiene lo que ahora se suele llamar "lo básico" pero que, antaño, eran funcionalidades que deslumbraban. Para la mayoría de las personas no es nada, un simple digital que "sólo" da la hora. Pero para los que sabemos apreciarlos, para los que intentamos no emitir juicios de valor sobre relojes a la ligera, sigue siendo único. Y por eso nos gusta tanto como antaño.
El F-28 data de mediados de los años ochenta. En efecto, es uno de los poquísimos relojes (junto con el W-71 y W-720) que es, legítimamente y por derecho propio, realmente de los años 80 y que, aún hoy, por increíble que parezca, se puede todavía adquirir con relativa facilidad. En esos años acompañaba a todo su ejército de hermanos, que encandilaban por igual a pequeños y grandes: el precioso F-24W, o los F-18W, F-14W, F-76W... por nombrar sólo unos cuantos. En el F-28W de aquel tiempo encontrábamos el módulo 586 (actualizado ahora al 1156), el mismo que el del F-24W. No tenía mucho, nada más que un doble formato de 12/24 horas, y fecha. Pero su pila era una de las de mayor duración de aquéllos relojes, 7 años, en comparación con los 5 años que solían durar las de sus competidores de gama. Era un reloj para darte la hora "y nada más", pero al menos poseía fecha, porque los F-18 ni siquiera eso. Por no tener, no tenía ni alarma, y su precisión era de +/- 30 segundos por mes. Un reloj, como puedes ver, muy simple. Pero funcional. Hoy en día el módulo sigue como estaba, no ha cambiado mucho, por fortuna. Casio no suele modificar módulos (exceptuando, quizá, funciones de calendario), sino que modifica relojes, una posición muy acertada porque así no se complican la vida en exceso los compradores, y evita confusiones. No obstante, obviamente, cuando los actualiza les cambia la numeración.
Los "F" son las líneas "funcionales" de Casio. Son los modelos nacidos por y para prestar el único servicio de dar la hora. Si queremos algo más tenemos que acudir a líneas más superiores, como la "W", que es la línea que se encuentra inmediatamente por encima de las "F". Por ello, no te esperes llamativas funciones en un "F", no es ése su cometido ni está pensado para ello. Son los modelos que le compraríamos a un niño para que se inicie en el mundo de los digitales (y/o de las horas), y tan asequibles que no nos dolería su pérdida o daño. Son modelos para despreciar. Y por eso con el paso de los años son tan apreciados, porque siempre están ahí, cuando los necesitas te acompañan.
Es una suerte que Casio continúe fabricando este modelo a día de hoy, realmente estamos hablando de un fósil viviente, porque, admitámoslo: ¿qué probabilidades habría de encontrar un modelo así, íntegramente de resina, y en buen estado, en la actualidad? Y, de encontrarlo, ¿qué precio nos pedirían por él? Seguramente cuatro o cinco veces, como mínimo, respecto a lo que nos cuesta ahora totalmente nuevecito y recién salido de fábrica.
El reloj es asombroso, impresionante, precioso. Es, como decíamos, un fósil viviente de los primeros años ochenta, de cuando la gente aún se sorprendía al admirar los números moverse sobre una pantalla. Heredero directo de los F-7 (1980), de los F-10 (1982) de los F-20 y F-21 (1984) y de su contemporáneo F-24 (1986). Casio los denominaba "relojes deportivos", y los publicitaba con deportes como el motocross. Su tapa trasera, totalmente de plástico negro, de resina, grabada, le da un aspecto tenebroso y sombrío, muy atrayente. Sus botones están tan escondidos que pareciera que no lleva, a no ser que te fijes muy bien. Por el diseño de su caja nos recuerda a un W-202, pero éste F-28 es lo más minimalista posible: la hora y la fecha, solamente. No tiene ni siquiera iluminación. Es tan básico y bonito, que es genial. Para todos los amantes de los relojes, poder sacar de su caja éste modelo es como rejuvenecerte unos cuantos años y volver a aquéllos primeros tiempos. Uno se siente, con éste ejemplar en las manos, una especie de "Tomb Raider", de "Indiana Jones", de buscador de tesoros que descubre una cápsula del tiempo que ha permanecido inmutable... ¡durante treinta años! No hay módulo igual a día de hoy en Casio, y pocas marcas se atreven a lanzar algo así. Pero en éste modelo es encantador, y sus limitadas funciones forman parte de ese encanto, porque es el original. Es tal y como se fabricaba en aquél tiempo, serigrafía incluída.
Los principales destinatarios de este tipo de relojes de las series más pequeñas de los "F" son los niños. Las medidas de su pulsera se adaptan perfectamente a muñecas pequeñas, y sus botones están de tal forma protegidos para evitar su pulsación accidental. No conviene olvidar que la vida diaria de un niño es, por lo general -o debería serlo- mucho más activa que la de un adulto. Y, desde luego, en los años ochenta lo era aún más. Al carecer de más funciones aparte de la hora se evita tener que pulsarlos para cosas que no sea la puesta en hora. También carece de iluminación, una de las funciones que más agota la batería y que, en manos de un niño, puede representar "todo un peligro".
Alguien dirá que su punto negativo es la tapa trasera de resina, pero que levante la mano el que crea que una tapa con tornillos le iba a durar mucho a un niño. Los tornillos de esa tapa no tardarían en perderse y al final sería peor el remedio que la enfermedad. Y que, aún con tapa de resina, Casio lo haya hecho Water Resist es todo un acierto. Es un reloj, por tanto, para niños activos, no para niños de video-consola.
Actualmente Casio lo presenta bajo un crítpico introductorio: "¿has oído hablar de la teoría K.I.S.S.? Pues este reloj digital mantiene lo básico, con capacidad de hora militar. A veces lo simple es lo mejor". Directo, ¿verdad? KISS proviene de: "Keep It Stupid and Simple" (o "Keep It Simple, Sir!", depende de quién lo explique, en cualquier caso el concepto es el mismo). Viene a ser como "la belleza de la sencillez", es mantener las cosas lo más simples posibles, y debido a ese acrónimo en inglés se conoce como "el principio del beso" (KISS, en inglés, es beso). Este principio defiende que toda complicación innecesaria debe ser evitada. Está inspirada en el pensamiento de Albert Einstein: "Todo debe ser hecho tan simple como sea posible ... pero no más simple que eso [que esa simpleza]". Es la sencillez del minimalismo, lo más básico y funcional sin llegar a lo absurdo o a lo inútil (y de ahí lo de "no más simple que eso"). El F-28W mantiene ése concepto: está todo al mínimo, pero todo lo que está es por una función y un motivo. Nada sobra, nada falta.
Pero la cita de Antoine de Saint-Exupéry, que también se usa para definir la teoría KISS, es lapidaria en éste reloj, y nos hace entender al F-28W de una manera magistral. Dice así: "La perfección se alcanza, no cuando no queda nada por agregar, sino cuando no hay nada más por quitar". Como ves, ése es el F-28W. No hay nada igual a él.
Uno de los mayores defensores del concepto K.I.S.S. es Ray Krock, fundador de los McDonald's. La simpleza y sencillez que aplicaba en sus restaurantes ("haz las cosas sencillas") hacía que la gente, atosigada por las prisas, se sintiera cómoda. En estos tiempos de complejos mecanismos, de smartphones cargados de miles de aplicaciones, de automóviles con botones para todo, de programas de televisión, películas y magazines que nos inundan a información, quizá sea el mejor momento para recurrir a la teoría K.I.S.S. Hazlo sencillo.
K.I.S.S. nos enseña:
- a saber que dependemos de otras personas, no somos una isla.
- a saber que otras personas también dependen de nosotros.
- a saber que, si tratamos de controlarlo todo, seguramente perderemos el control.
- a saber que, si se deja toda la confianza en las personas, éstas pueden defraudarnos y cometer un error; sólo se puede confiar en Dios, que es Todopoderoso.
- a saber que los presupuestos son sólo suposiciones anteriores.
- a saber que los resultados no son más que eso: resultados, y no los objetivos.
Estas son sólo algunas de la citas que los que teorizan con el principio K.I.S.S. argumentan (no están todas, hay muchas más), y que nos sirve un poco para entender el por qué el F-28W no es sólo un reloj "sin más". La próxima vez que lo mires, seguro que lo harás con ojos diferentes.
F-28W | |
Módulo | 586 (actualizado al 1156) |
Precisión | +/- 30 segundos |
Iluminación | NO |
Cronómetro | NO |
Temporizador | NO |
Alarma | NO |
Formato 24H | Sí |
REM | NO |
Señal horaria | NO |
Sonido de los botones desactivable | Sin sonido |
Doble horario | NO |
Hora en todos los modos | - |
Pila (modelo y duración) | De Litio CR2016 (7 años) |
Resistencia al agua | WR |
Peso | 14 gr. |
Tamaño | 31,5 x 32,5 x 8 mm. |
Calendario | Autocalendario con personalización de día |
| Redacción: Zona Casio
Es tan olvidado, que en mi país todavía se encuentran en los anaqueles de las tiendas japan made
ResponderEliminardan ganas de comprarse uno. Y eso que no tiene nada!
ResponderEliminarEs una imagen arquetípica. Lo ves y no puedes ver más "Casio". Para mí lo mejor de este modelo, más que el módulo es su diseño. Me encanta este serie F y me recuerda a mi primer Casio, el F84W.
ResponderEliminarTodavia tengo el mio con 32 años en mi a mis 37 de vida es lo mejor en lo material que e tenido y su valor a superado por mucho la modernidad de otros.
ResponderEliminarAntes de ir por un F-28W he leído como siempre un artículo de aquí,lo he encontrado en un estado aceptable a 10 euros, falta esperar si saldrá bien la compra o no pero yo lo estoy intentando, me ha gustado este pequeño y mítico Casio, muchas gracias por tener grandes artículos de todos los modelos de la marca.
ResponderEliminarTengo 50 años y me encantan los relojes, de diferentes marcas y precios, pero los que siempre me acompañan son los CASIO F-28W y F-91W, no importa cuánto tengas para gastar en un reloj, si lo que quieres es calidad en relación a su precio estos modelos sobrepasan toda espectativa. Saludos desde México
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