La firma McKinsey vaticinaba en su último informe que el segmento de la relojería más popular se iba a dar un batacazo tremento. Tanto es así que se estima que, en los próximos años (y hasta 2025) este mercado va a afrontar unas pérdidas del orden de 2,5 billones de dólares ("si las marcas no hacen nada", añadían). Eso supone, en la práctica, la desaparición de las líneas de relojería medias/bajas en favor de smartbands y smartwatches, mercado que iba a aumentar un 42%, y del segmento del lujo, que iba a aumentar un 38%.
Tanto es así que en ese informe dedicaban un apartado especial a las firmas que tienen históricamente su fuerte en ese tipo de clientes, los "mercados medios" como se define en el argot, poniendo como ejemplo a Casio como una de las que más iban a sufrir esos envites y esas pérdidas.