Cuando el tiempo pasa hay modelos que permanecen, que resisten el paso de los años, y que se quedan en un lugar privilegiado en el subconsciente colectivo. Modelos de relojes, pero también de otro tipo. Por ejemplo los automóviles. Formas y estilos de épocas pasadas son aprovechados hoy para que firmas automovilísticas actualicen su gama, presentando nuevos modelos que les reportan enormes beneficios. Ahí están, por ejemplo, los Mini (inspirados en los propios Mini), o los Fiat 500 (tomando como base de diseño los Fiat 500 de los años 50 y 60, y los Seat 600). Podríamos nombrar también al Renault 5 y Supercinco, o el Volkswagen Beetle. Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, y en el mundo del diseño (y de los éxitos de ventas) parece cumplirse. Ocurre también en el cine ("Un trabajo en Italia", "Total recall", "Death Race"...), donde incluso se ha formado un género con su propia denominación: remake.
¿Y en el mundo de la relojería? Pues también. Aunque en los relojes es más complicado, porque hay que tener dos cosas: una historia, y una identidad. Por eso, muchas marcas sin historia (y tal vez sin lo otro también) en lugar de hacer "reediciones" o actualizaciones de sus antiguos productos, lo que hacen son los llamados "homenaje". Relojes famosos y/o de renombre de otras marcas.