El último fabricante que queda

Si como mínimo eres un poco "de la vieja escuela" y has vivido el boom de los digitales, sin duda recordarás más o menos claramente aquéllos tiempos en los que no había marca de renombre que no tuviera variantes digitales. Junto a ellas aparecieron a su vez un enorme planten de fabricantes que se aventuraron a probar suerte con esta nueva tecnología, como Ogival o Marathon. Los digitales eran el futuro. Habían llegado para quedarse, y nadie se atrevía siquiera a poner en duda su perpetuidad. Prueba de ello es que las películas que más adelantaban esa tecnología futura recurrían a estos relojes. Éste es el caso, sin ir más lejos, de la Teniente Ripley (Sigourney Weaver) y su F-100 en el filme "Alien, el octavo pasajero", del año 1979.

Pero ahora que ya estamos en ese futuro, ¿qué ha ocurrido con los digitales? El desastre. Ya no existen digitales al uso, fabricantes como Citizen, Sandoz o Seiko han renunciado prácticamente de plano a ellos, en el primer caso creando una submarca que los arrincona (Q&Q) y en el último reduciéndolos a otra tecnología totalmente distinta y elitista. Para encontrar uno de sus modelos "auténticos" tienes que irte al mercado de segunda mano, y si lo quieres en un estado decente (caso de que lo encuentres) desembolsar una cantidad más que considerable de dinero.

Ahora los modelos digitales son casi dominio absoluto de submarcas que los compran a montones en china, todos con idénticas funciones y en los cuales sólo varían los colores. Es terreno copado por las "low cost" como Marea, Nowley, Ice Watch, Jaga... Y tantas otras. Marcas que producen versiones baratas inspirándose en los ochenta, aprovechando la moda "vintage", pero que ni en calidad, ni en ergonomía ni tan siquiera en funcionalidad se acercan a aquéllos. Uno de los modelos de los ochenta de cualquiera de las marcas de renombre les daría mil vueltas a día de hoy. En este caso, por tanto, el futuro es el pasado y, por increíble que parezca, el pasado se ha convertido en futuro.

Pero... ¿De verdad no nos queda ningún fabricante que aún no haya sucumbido con los digitales?

Por fortuna no todos se han rendido al paso del tiempo. Nos queda Casio. Y es que Casio está tan unido a los relojes digitales, que la misma palabra ya es sinónimo de digital. Casio es de los pocos fabricantes que aún pervive ante el masivo ataque de los relojes de las "low cost". De hecho, es el único donde puedes hayar todavía auténticos y genuinos modelos de los ochenta. Casio ha conseguido sobrevivir reinventándose, creando líneas analógicas como Edifice o Sheen, y modelos específicos como los Pro Trek. Pero, sobre todo, sus digitales han logrado la supervivencia gracias a G-Shock, y a una enorme cantidad de personas que son más que clientes, que le son fieles y sobre los que se han asentado los digitales a lo largo de los años. Y es que hablar de G-Shock es hablar de digitales. Muy pocas personas encontrarás que sean usuarias de G-Shock y que no prefieran un digital por encima de un modelo analógico. El peso de G-Shock en Casio es muy importante, y la fidelidad a esta línea de producto por parte de sus seguidores, absoluta.

Los amantes de G-Shock son de esas personas que no quieren oír hablar de otros relojes resistentes, de imitaciones o de subproductos. Se echarán a la yugular ante cualquier otra marca que intente seducirles con imitaciones, prueba de ello es que muchas lo han intentado a lo largo de todos estos años (incluso las low cost), con líneas tan absurdas como "g-chock", g-sock" o parecidas, pero ninguna de ellas ha logrado más que hacer el ridículo. Casio ha sabido cuidar a este tipo de consumidor lanzando múltiples variantes, ediciones especiales, colores y diseños para amoldarse al gusto de práctiamente todos. Confiemos en que mantenga esa línea y sepa seguir haciéndolo, porque es uno de los pocos fabricantes que continúa con una línea de producto digital tan rica o más que en los ochenta.

| Redacción: Zona Casio