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7.30.2014

¿Por qué no durará eternamente?


Estamos en pleno verano y los días son largos y luminosos. Tanto si tienes vacaciones, como si no, o si desgraciadamente no tienes la fortuna de tener trabajo, seguro que estos días te parecen igualmente hermosos. A primeras horas de la mañana, mientras el día todavía mantenía ese fresco cálido de la madrugada, y bajo un cielo límpido, sin tan siquiera una nube, de un profundo azul, comparaba estos momentos con los días de frío invierno, en donde a veces empezaba a escribir algún post en mi móvil, aprovechando algún hueco, con las manos ateridas de frío, el aliento congelado, y temblando. A veces se me hacía el dolor insoportable y tenía que retener lo que trataba de contar en mi mente para poder abrigar mis manos en los bolsillos y mitigar esa tortura.

Estés donde estés seguramente que estos días disfrutas de la playa, de la piscina, o de un simple paseo por la ciudad. Y es que los barrios, pueblos y villas se llenan de vida en estos días, la gente se reúne en los soportales y las plazas hasta la noche, y hay fiestas, espectáculos y romerías al aire libre por toda nuestra geografía. Incluso solamente con abrir la ventana y ver este día, el luminoso cielo, el bullicio, la alegría de los colores del verano, uno se llena de alegría, se le levantan los ánimos. Aunque tengas que hacer cosas ingratas (papeleos, visitas a médicos o tareas desagradables), el ánimo que sientes es muy diferente cuando sales en camiseta, cuando el color (y el calor) inunda tu cuerpo. Es mucho más gratificante hacer todo eso en estas condiciones que en mitad de una lluvia torrencial, calado hasta los huesos, arrastrando el paraguas y defendiéndote entre el frío que te hace temblar.

7.28.2014

¿Qué tienen los Marlin?


En España existen algunos grupos que se dedican a una labor de "arqueología" bastante aventurera (y con muchos riesgos, por cierto): explorar casas abandonadas. Luego, en múltiples foros que existen sobre esta temática suelen contar sus impresiones, dar algunos consejos, poner fotos y, por supuesto, contar la historia del lugar. Como supondréis los edificios públicos, como antiguas cárceles, hospitales y orfanatos protagonizan muchas de las historias más misteriosas y llamativas. Desde aquel viejo hospital en el que (se decía) una enfermera aún vagaba por sus pasillos dando el nombre del paciente próximo a morir, hasta la del Centro en el cual desde sus sótanos se llevaban a cabo inclasificables experimentos en la era franquista.

Uno de los aficionados a este tipo de exploraciones me solía contar que tenía un sueño recurrente: que llegaba a un edificio, y entre los cajones de las oficinas cargados del más variopinto material encontraba un Marlin. Obviamente este no es un sueño imposible, pero a día de hoy es muy difícil, no solo porque un reloj como un Marlin se lo habrían llevado sus propios propietarios con sus pertenencias antes de irse, sino que en España están ya casi todas las construcciones abandonadas totalmente expoliadas, y tan llenas de basura que en lugar de Marlin lo único que uno pillará en ellas será una infección, como se atreva a entrar sin guantes, calzado de seguridad y ninguna otra protección similar.

7.21.2014

Aquellos Casio de antaño


No son pocos los que han querido volver a lucir la moda de aquellos clásicos relojes digitales de los ochenta. Tansportados a una época en donde algunos no han llegado a vivirla, pero seducidos por aquella atmósfera de tecnología incipiente con banda sonora de Michael Jackson, la mayoría de personas se llenaron de emotividad, de cierta añoranza.

Pero lamentablemente los relojes sucedáneos que les ofrecían ahora eran solo eso: sucedáneos. Sólo un pequeño chispazo de lo que habían sido. En contraposición a aquellos Marlin o HD se les ofrecía ahora los F-91 o los W-215. Aquellos modelos de bello molde fabricados en Japón se les sustituía ahora por relojes hechos en masa en China. Todas las marcas, quien más quien menos, lanzaron su propia versión de "los vintage", una interpretación puramente estética que poco tenía que ver con sus originales a quienes -supuestamente- aspiraban a imitar.

7.10.2014

¿Es el reloj el producto de consumo que más compensa comprar?


Según algunos estudios cambiamos de teléfono móvil cada dos años. Algunas compañías de teléfonos incluso facilitan la posibilidad de cambiar nuestro terminal cada año, mediante descuentos más o menos suculentos. Los expertos recomiendan cambiar de coche cada siete o diez años. Para ellos, un coche de más de diez años ya es un coche "anticuado", incluso peligroso e inseguro de conducir. Los cascos de bicicleta y moto (con precios en torno a los cien euros) deben cambiarse cada cinco años. Y nuestro ordenador, tablet o portátil, se recomienda sustituirlo o actualizarlo aproximadamente cada tres años. Con cuatro años de vida se supone que ya ha quedado anticuado y que no es capaz de cargar con los nuevos formatos web y aplicaciones que salen al mercado, y que demandan más memoria y mejores gráficos.

Esto es solo un ejemplo, porque podríamos estar hablando de muchos otros. Yo soy muy aficionado a la bicicleta (al ciclismo en general), y siempre que he tenido bici por una razón o por otra (envejecimiento de las piezas, o el propio mantenimiento) no he dejado de tener que actualizarla. Y eso que la bicicleta no solo es el medio de transporte más barato, sino el más fácil y asequible de mantener. Aún así cosas tan simples como todas las fundas y cableados debes cambiarlos cada cinco años como mucho. No es una tarea cara si la hace uno mismo, pero sí tediosa y se necesita destreza y conocimientos para ello.

7.04.2014

El principio del fin


Para muchos estamos asistiendo al principio del fin en el mundo de la relojería tal y como lo conocemos. Por una parte la ya imparable sangría de personas que dejan de usar reloj en beneficio del teléfono móvil (o smartphone, sería más propio decir), por la otra la no menos acusada amenaza de los llamados relojes inteligentes (smartwatches), y aún con la más que previsible llegada tras el verano de los modelos de Apple, por una parte, y de Motorola (Google) por la otra, prometen cambiar para siempre el panorama que tenemos de los relojes en la actualidad.

Y es que algunos prefieren temporizadores con retorno automático, otros displays con parte LCA, otros gráficos de fases lunares o puesta de sol... Es muy difícil satisfacer a todas esas personas con un único modelo de los que existen en la actualidad. Pero, ¿qué pasaría si hubiese un reloj que reuniese toda esa funcionalidad, e incluso más?

6.29.2014

Buen momento para comprar relojes antiguos, mal momento para vender


Hace cosa de un par de años tan sólo había una tienda de empeños y de compra-venta de segunda mano en mi ciudad. Ahora hay tres más abiertas, y señal de que es un negocio floreciente son las largas cola de gente que, por las mañanas, se acumulan a las puertas de acceso a sus recepciones con los productos más variopintos en sus manos. La crisis económica ha hecho que estos negocios surjan como las setas, ya que ha obligado a muchas personas a vender hasta sus últimas pertenencias para poder sacar algo de dinero. Sé de casos donde se han quedado sin ningún producto electrónico (que son uno de los bienes más demandados, por otra parte).

En esas tiendas también suelen haber expositores saturados hasta los topes de relojes de todo tipo. La gente que carece de Internet en casa y que no puede venderlos online recurre a esos sitios para colocar su mercancía. Como la mayoría de dependientes no sabrían distinguir un Marlin de los ochenta con un F-87, a sus propietarios les dan un precio casi simbólico por deshacerse de él. No es fácil, pero te puedes encontrar con modelos de renombre a precios irrisorios.

6.24.2014

¿La solución es comprar relojes antiguos?


Hace algunas semanas despertábamos con la terrible noticia de que una niña de sólo ocho años había sido la víctima más joven de China en ser diagnosticada como enferma de cáncer de pulmón. Los médicos han apuntado a la contaminación la causa de que esa niña haya desarrollado la enfermedad. Las partículas llamadas PM20, y los peligrosos compuestos NOx que desprenden los vehículos tienen buena parte de culpa. Pero también la industrialización masiva en China y la sobre-explotación, así como sus prácticamente nulas leyes anticontaminación (con la excusa de que necesitan contaminar para desarrollarse) tienen un gran porcentaje de culpa en ese peligroso esmog que rodea muchos de los núcleos urbanos de las ciudades en los países asiáticos. Lo vimos en India hace algunos meses, donde una espesa niebla de tóxicas sustancias contaminantes impedían casi que los monoplazas de Fórmula 1 se vieran el uno al otro, poniendo en peligro incluso la seguridad de los pilotos.

El planeta Tierra se está convirtiendo en un vertedero. Durante decenios el ser humano ha envenenado mares con residuos nucleares, ríos con metales pesados, y acuíferos y tierras con todo tipo de peligrosos compuestos químicos. Especies como el atún han retenido tal cantidad de elementos dañinos en su organismo -como el mercurio- que actualmente hay un debate muy encendido entre los expertos sobre aconsejar si se prohíbe definitivamente su consumo a toda la población o no. Por de pronto, ya no se recomienda su consumo a los niños y embarazadas. Increíble, inaudito, que por la mezquindad de la raza humana se llegue a prohibir el consumo de determinados alimentos, algo impensable hace solo unas pocas generaciones pasadas. Eso sin contar la atroz deforestación, y la grave amenaza sobre los ecosistemas más ricos del planeta, con plantas y animales que desaparecen antes incluso de poder ser catalogados. Si a nuestros bisabuelos les hubieran dicho que no podrían comer atún por la presencia de mercurio, ni merluza, o que la carne de pollo o de vacuno sería un peligro por la cantidad de antibióticos y hormonas de engorde que se les administra, no se lo habrían creído. Nos habrían tomado por locos y nos habrían asegurado que en un mundo así no querrían vivir. Pero nosotros estamos ya tan acostumbrados que a veces nos parece hasta algo natural.

6.17.2014

Lo mejor de Casio no es solo su precio


Ayer Nixon anunciaba sus nuevos modelos con gráfico de mareas de cara a este verano. Inmediatamente no pude evitar la necesidad de compararlos con algunos de los modelos de Casio, porque compiten ambas marcas con un producto que intenta llegar al mismo tipo de público: los practicantes de surf y, en general, los amantes de los deportes en las playas y costas (que no tiene por qué ser exactamente el surf, también hay muchos más).

Muchos de los que compran relojes de Casio lo hacen porque son más baratos que el resto de marcas, y casi siempre -por no decir siempre, incluso en los modelos más elitistas los de Casio son sumamente competitivos- es así. En el caso que nos ocupa esto resulta muy evidente. El Nixon The Rythm (el nuevo modelo) cuesta 99 €. Su rival en Casio podría ser el modelo sport W-S210H, y la diferencia de precios entre los dos es brutal: más del doble de barato el de Casio. Pero eso no es todo. El modelo de Casio le da mil vueltas en funcionalidad al de Nixon. No solo el de Casio es Tough Solar, sino que además ofrece gráfico lunar, cinco alarmas y automáticamente es capaz de informar del estado de la zona de costa en cualquier parte del mundo, mientras que en Nixon trabajan con playas pre-programadas hasta el año 2020.

6.14.2014

La desaparición de las 24 horas


Cuando los relojes digitales comenzaron a aparecer, el horario 24 horas, conocido por aquél entonces como "horario militar", no era usado muy comúnmente. Ahora hasta existen relojes analógicos que poseen una segunda esfera (o incluso que son totalmente) de horario militar, debido a la enorme popularización de este tipo de formato horario.

En los primeros años los diseñadores de los modelos digitales decidieron crear una etiqueta propia para informar de la activación de este tipo de horario, similar a las etiquetas convencionales que informaban sobre el horario de doce horas (las conocidas siglas AM y PM). De este modo cuando el horario 24 horas estaba activado en el lateral del display -casi siempre- se visualizaba la etiqueta "24H". Por desgracia esto a día de hoy está cayendo en desuso.

6.08.2014

Adelantos de un futuro aterrador: ¿y si nos pudieran controlar el tiempo?


Este artículo que publicamos hoy seguramente se ajustaría bastante bien a la temática de aquella serie de reportajes que difundimos no hace mucho bajo el epígrafe común de "Misterios en torno al reloj". Unos artículos, por cierto, de los cuales voy a contar una anécdota personal: cuando los publicábamos y lo anunciábamos en Twitter uno de nuestros lectores (Kokeriko Melilo) tenía la buena costumbre de "retwittearlo" a un programa de radio del que yo desconocía totalmente su existencia: "El ultimo peldaño", de Onda Regional de Murcia. Desde entonces me confieso un oyente acérrimo a ese programa de misterio, el cual, por supuesto, si os gustan estos temas os recomiendo también. Me encanta muchísimo la forma de llevar las entrevistas su presentador y director, Joaquín Abenza. Al contrario que otros presentadores de espacios parecidos (como Miguel Blanco de "Espacio en blanco", o Íker Jiménez de "Milenio 3"), Joaquín tiene una cualidad que me encanta, y que echaba de menos en este tipo de programas: la de dejar hablar a los invitados.

Los otros presentadores parecen querer ser ellos la estrella y tomar el protagonismo, sin embargo con Joaquín Abenza el protagonismo es de los invitados, de los que, en suma, van a contar su historia al programa. Miguel blanco, por ejemplo, tiene la feísima costumbre de interrumpir a las personas que entrevista con sus archiconocidas palabras: "no lo cuentes ahora, déjalo para el final", y resulta que el final nunca llega, porque siempre se les olvida, o se quedan sin tiempo, o se van por otros derroteros y la entrevista acaba llena de insustancionalidad y sin enterarte de lo importante.

6.07.2014

El reloj de comandantes que lo acabarán llevando patinadores


En un mundo perfecto el Gulfmaster se convertiría ipso-facto en el reloj preferido de todo comandante de barco, de militares en fragatas y submarinos, pero también de pescadores y capitanes de transatlánticos y cruceros de lujo. Sería el regalo ideal de esposas y novias para la marinería. En un mundo perfecto. Pero este no lo es.

Seguramente el G-Shock GWN-1000 sea el modelo perfecto para películas como "Master and Commander", y puede que lo acabemos viendo en alguna de ellas por su diseño futurista y avanzada tecnología, pero los oficiales y marineros de la vida real extrañamente se enteren de su existencia, por lo que antes de verlos en sus muñecas es mucho más probable que este modelo de G-Shock adorne muñecas de raperos y patinadores. Es una lástima que un modelo al cual le podrían sacar tanto provecho los profesionales del mar, acabe sus días dándole la hora a un estudiante en una Facultad.

5.30.2014

Más grande, más grueso, más ancho, ¿cual es el límite?


Si cualquiera se pone a comparar un utilitario medio de los años setenta u ochenta (los que se conocen ahora como automóviles "compactos") no tardará en descubrir algo que salta a la vista entre ellos: sus proporciones. Dicen que, por cuestiones de seguridad y de mejora del espacio interior (aunque en realidad no siempre sea así), los coches han aumentado de tamaño significativamente en los últimos años.

Curiosamente, algo muy parecido ocurre en el mundo de la relojería, y en G-Shock en concreto. Históricamente los relojes de hombre han sido más mayores que los de señora, y eso era algo que se mantenía sin cambios, como una norma no escrita para cumplir los cánones. Pero ahora tanto muchos de los relojes de mujer, como los de hombre, también han visto aumentado su tamaño considerablemente.

5.24.2014

¿Botones de plástico o de metal?


Hubo un tiempo -por fortuna ahora ya no tanto- en el cual una de las protestas que más se repetían y de lo que más se quejaban los usuarios de relojes Casio era el cambio de las hebillas de metal a las hebillas de plástico. La mayoría de las marcas de Casio (Edifice, Sheen, G-Shock...) aún ofrecen hebillas de metal, pero en sus gamas más bajas (los F, los W...) tienen la mayoría hebillas de plástico, cuando antes, en los ochenta, eran también de metal. Personalmente nunca me importó que la hebilla fuera de plástico, porque es sumamente resistente, y normalmente (por no decir siempre) se rompe antes la correa que la hebilla. Por lo tanto, ¿para qué poner metal si el plástico dura lo mismo, no se corroe ni se oxida, es más ligero y encima es más barato? Pues por eso es un acierto el poner hebillas de plástico.

Paradójicamente la mayoría de los otros fabricantes no hacen eso, y en marcas como Calypso, Nowley y demás veréis que en sus correas suelen poner hebillas de metal la mayoría de las veces. A cambio hacen lo que Casio no hace: los botones de sus relojes son de plástico. Así que sería bueno preguntarse (o preguntaros): ¿qué preferís, una hebilla de metal, o unos botones de metal?

Creo que la mayoría coincidiréis conmigo en que preferís botones de metal.

5.13.2014

Otra forma de disfrutar de tu modelo favorito: coleccionar por versiones


A veces nos gusta tanto un modelo que lo compramos duplicado, o triplicado. Quienes en su día adquirieron los W-71, o los F-30, hace sólo cinco o seis años, tienen ahora en su poder un reloj que es todo un clásico. Recuerdo que un día me encontré con un vendedor que había cerrado su tienda (por desgracia algo demasiado habitual en nuestros días) y tenía en su poder los dos últimos modelos del F-30 que le quedaban. Los vendía a un precio de risa y aún conservaban su embalaje original, aquellas cajitas de plástico en las que antiguamente venían también los F-91W. Yo no buscaba un F-30, ni lo quería para nada, pero verlo a ese precio me convenció y sin pensármelo mucho le compré uno. El reloj tenía hasta parte de la correa desgastada del largo tiempo que había pasado almacenado, y era patente que durante años nadie lo había sacado a la luz.

No mucho después me encontré con anuncios de particulares vendiendo ese modelo por más de 50 €. Si hubiera adquirido en su día los dos F-30 y los hubiese revendido habría hecho un negocio redondo.

5.02.2014

Desde hace más de veinte años toda la tecnología está hecha para controlarnos


Esa sentencia la leí una vez en un libro, y aunque es bastante categórica, no deja de tener su parte de razón. Ahora los delincuentes no se detienen en las calles, sino a través de perfiles de Twitter. Satélites espía recogen nuestros datos de redes sociales (da igual que estén ocultos o protegidos, eso no supone ningún problema para los analistas) y de las cuentas de correo, y los analizan, los clasifican, los conservan creando perfiles sobre cómo somos, qué pensamos, qué comemos, qué cosas nos interesan cuando buscamos en Internet mediante los buscadores, y un sin fín de parámetros que se convierten en expedientes en donde aparece de nosotros información más íntima que la que sobre nuestra persona saben incluso nuestras parejas.

Usando las redes de telefonía móvil pueden triangular nuestra posición, saber donde estamos y qué hacemos allí. Mediante puertas de acceso a los Sistemas Operativos (a veces facilitadas por las propias compañías, como Microsoft o Macintosh) conocen toda nuestra vida off-line. Y ahora las redes de telefonía 3G y 4G les facilitan mucho más su trabajo, haciendo que solo tengan que pulsar un botón para escuchar nuestras conversaciones, saber por los acelerómetros y múltiples sensores, GPS, y todo el ejército de "apps" de todo tipo que siempre están conectadas incluso nuestras horas de sueño, nuestra posición, si nos gusta correr en coche o preferimos dar paseos. Un sin fin de ojos nos espían, nos miran, nos escrutan con sus miradas frías y robóticas desde grandes centros de control de datos. Incluso pueden vernos, incluso -se dice- pueden activar las cámaras de nuestros smartphones y saber qué es lo que estamos haciendo en cada momento, con quien estamos, y si acabamos de levantarnos de la cama o estamos de borrachera en una discoteca. Todo. Todo, todo, y más aún.

4.18.2014

En la compañía de un reloj


Esta mañana he salido temprano. La niebla hacía difícil ver a pocos metros de distancia, y el ambiente estaba muy frío. A medida que la mañana transcurría los bancos de niebla se han ido disipando y el cielo recuperó su espectacular azul traslúcido poco a poco, lentamente. Mirando los automóviles pasar en el puente que está sobre la autopista me he dado cuenta que aún mucha gente viajaba con su coche cargado de equipaje hasta los topes para aprovechar lo que queda de esta Semana Santa. Algunos tenían una pareja delante como únicos ocupantes, pero otros llevaban a toda su familia en los asientos de atrás. Mientras ellos pasaban a toda velocidad hacia sus destinos, unos moros escuchaban música árabe en un pabellón cercano, a todo volumen. Observé el devenir de las agujas digitales de mi AE-1200, la de las horas se arrastraba pausadamente en un movimiento magistral de derecha a izquierda, mientras el segundero (me encanta el segundero de este reloj, es fantástico, nunca te sientes solo si estás con él) bailaba alrededor de la esfera en un compás inalterable e intangible del tiempo.

Poco a poco la ciudad despertaba y comenzaron a pasar a mi lado los más madrugadores paseando a sus perros. Una chica pelirroja se mantuvo junto a mí unos instantes con un teléfono móvil pegado a su oreja. Hablaba rumano. Mientras, un señor llegó hasta donde yo estaba desde el otro lado de la acera y me entregó un folleto de los Testigos de Jehová. En su otra mano llevaba un maletín de cuero marrón. Todo eso acontecía en una horquilla de tiempo que no superaba el cuarto de hora. El animado segundero seguía bailando en la esfera de mi AE-1200 impávido, imperturbable.

4.17.2014

Lo importantes que son los segundos


Seguramente muchos recordaréis aquellos relojes digitales, que solían regalar con algunos productos (con champú o snacks...) y que en lugar de un segundero convencional (del 00 al 59) solían tener los dos puntos parpadeantes que separaban la zona de las horas con la de los minutos.

A bote pronto disponer de una zona en el LCD dedicada a los segundos con un contador puede parecer algo superficial, e incluso de lo que se puede prescindir, pero en determinados momentos saber qué minuto es y cuándo van a incrementarse esos minutos puede ser muy importante, e incluso lo llegaremos a echar de menos si nuestro reloj carece de contador. Por ejemplo, cuando nos mantenemos en tensa espera para que llegue la persona con la que hemos quedado, o cuando estamos en los últimos minutos de una clase (o del trabajo).

4.16.2014

Vivir de lo más caro


PSA (Peugeot-Citroen) anunciaba hace un tiempo que necesitaba urgentemente apoyo financiero para no entrar en quiebra. La ayuda le llegó hace poco de dos formas: del gobierno francés, y de una compañía china. Luego daría a conocer sus planes de futuro, entre los que estaba reducir drásticamente su oferta de modelos, y potenciar su segmento de lujo. Su marca DS, hasta ahora dentro de Citroen, pasaría a ser una marca independiente, con modelos destinados a los más pudientes y a los nuevos ricos de los mercados emergentes. Este es un buen ejemplo de lo que en el mundo de la relojería ya se ha venido haciendo desde hace años. La mayoría de grandes fabricantes ya no hacen relojes "para pobres", se han centrado en la parte más elitista de la sociedad. Marcas como Citizen hace años ya que le echó el cierre a su división de digitales, y únicamente mantiene su submarca "low cost" Q&Q, en unos pocos países asiáticos. Seiko ha ido más allá, y no solo ha dejado de producir digitales asequibles (solo fabrica módulos para remarcarlos), sino que los poco que hace (como los SAGA) son de tinta electrónica y destinados al segmento más caro. Ni tan siquiera hace ya digitales bajo su submarca Lorus, cosa que sí hacía en los noventa. De las grandes manufacturas solo queda en pie Casio, manteniendo no solo modelos asequibles, sino que con módulos tan completos que sólo encontraremos en relojes mucho más caros de la competencia.

Es fácil saber y entender qué ha ocurrido. Para los grandes fabricantes el mercado genérico no es muy atractivo, prefieren vender productos elititas a elevadísimos precios porque el marguen de beneficios es enormemente mayor. Tal es así que centrarse en relojes "de bajo coste" puede llevar al fabricante a la bancarrota. Un síntoma de este cambio lo encontramos también en Casio. Antiguamente sus F-91W, W-59 o incluso sus modelos más bajos como los F-30 venían en un embalaje específico. Solían hacerlo en una cajita plástica o en un formato de blíster. Ahora a la mayoría de mercados Casio los distribuye sin embalaje alguno, no sólo eso, sin apenas una bolsita y con un manual de instrucciones enormemente recortado. Y es que pierden dinero, no les compensa siquiera ni para distribuirlos con embalaje.

4.15.2014

No sin mi temporizador


¿Por qué la mayoría de marcas que ofertan digitales, e incluso de precios bastante destacables, no ofrecen en sus funciones temporizador? Fíjate si esta función es tan importante y tan trascendental que en la actualidad diferencia a los buenos de los mediocres relojes. Antiguamente diferenciaba los Casio "menos buenos" de los buenos "de verdad". Y aún hoy se mantiene como la frontera, la línea que divide a dos series de Casio: la "F", y "todas las demás". Ni Casio siquiera denominaba a sus relojes como "Watches" ("relojes"), si no disponían de temporizador. Simplemente los denominaba como "F". Un reloj no era un "W" si no tenía en su módulo esta función. Ahora mismo esta división es algo menos evidente y está un poco difuminada, e incluso podemos encontrar modelos de Edifice y "W" que no la poseen (los W-59 y W-215, sin ir más lejos), pero sigue siendo el temporizador (en Casio, y en el resto de marcas) el que hace las diferencias. El que distingue a "los niños de los hombres". Pero ¿por qué un cronógrafo sí, y un temporizador no? ¿Es que hay tanta diferencia a la hora de incorporarlo? Pues la verdad es que sí.

Un chip es bastante barato de producir. Antes "te lo daban" con la tarjeta de teléfono -aquellas prepago- que se vendían por cinco o diez euros. Pero a grandes rasgos y para no extendernos mucho, cuando a un chip empiezas a incorporarle rutinas y tareas complejas es cuando empieza a darte problemas, y surgen los errores y tienes que desecharlo. Un cronógrafo no es una función muy difícil de implementar: simplemente es avanzar un contador, y, dependiendo del número de llegadas que quieras incluirle (una o dos, lo más habitual) detenerlo en ese instante mientras internamente se sigue incrementando, y llevar esa cuenta a la memoria volátil. Son unos pocos bits, es sencillo. Pero un temporizador es diferente. No puedes hacer lo mismo, y decrementar un contador sin más, como en un cronógrafo. Y por eso es que la mayoría de módulos "simples" (y no tan simples, repito, hay relojes digitales que se venden por bastante más de cien euros y no incluyen temporizador) no lo incluyen.

4.13.2014

¿De qué te sirve un reloj sin correa?


Esto es lo que pensé yo esta mañana tras descubrir que una parte de la correa de mi reloj se había partido. Tres años dan en Casio de vida a las correas antes de recomendar su reemplazo, y la verdad es que ésta no ha llegado a tanto: apenas dos años. Tras volverme loco buscando en todo mi "stock" de correas una u otra, u otra, de las que tenía a mano, y descubrir por desgracia que ninguna de ellas servía (las que no eran grandes eran gruesas, y las que no el diseño de caja con asas cerradas impedía totalmente su anclaje... ¡que manía tienen en Casio de hacer ese tipo horrendo de cajas, con lo fácil que es hacer una tipo Marlin o HD!). Me he preguntado para qué sirven los diez años de duración de la pila, los cincuenta metros de resistencia al agua, los botones protegidos con guardas y tantas cosas más si al final no puedes ponerle una correa cualquiera y tienes que recurrir a la del propio fabricante. Por algunos instantes llegué a echar de menos mi antiguo reloj mecánico de asas convencionales al que cualquier correa le vale. Incluso aunque no sea de su tamaño, siempre puedes salir del paso con cualquier otra. Casio también tiene modelos así (el mayor número de sus Collection lo son), pero solo analógicos.

Así que, ¿de qué te sirve un reloj sin correa? De nada. Para tenerlo aparcado. Pero Casio no es solo el único fabricante que lo hace. Los relojes llamados "deportivos" de la actualidad tienen casi todos ese mismo defecto, ese diseño tan ceñido entre la caja y las correas, e incluso llegando a formar una sola unidad. Como si los diseñadores hubieran perdido el gusto o el conocimiento para hacer relojes bonitos con asas normales y corrientes. No estoy hablando de algo raro, aquellos DW-1000, aquellos W-550, W-450 o incluso los AN-100 las tenían. Hoy en día ya quedan pocos de esa estirpe. Tal vez el W-202 sea el que más se acerque, lo malo es que en este sus botones "se pulsan solos", no es un reloj para estar las 24 horas del día con él, a menos que quieras despertar con el cronógrafo funcionando o con cualquier parte de su display cambiada. Y su pila de tres años de duración tampoco es que permita un uso muy intensivo si piensas usarlo como "reloj-despertador" y consultarlo también por las noches, en donde cada día habrás de activar su iluminación tres, cinco, o incluso más veces.

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