Si cualquiera se pone a comparar un utilitario medio de los años setenta u ochenta (los que se conocen ahora como automóviles "compactos") no tardará en descubrir algo que salta a la vista entre ellos: sus proporciones. Dicen que, por cuestiones de seguridad y de mejora del espacio interior (aunque en realidad no siempre sea así), los coches han aumentado de tamaño significativamente en los últimos años.
Curiosamente, algo muy parecido ocurre en el mundo de la relojería, y en G-Shock en concreto. Históricamente los relojes de hombre han sido más mayores que los de señora, y eso era algo que se mantenía sin cambios, como una norma no escrita para cumplir los cánones. Pero ahora tanto muchos de los relojes de mujer, como los de hombre, también han visto aumentado su tamaño considerablemente.
A día de hoy es muy habitual encontrar modelos de relojes de hombre que superen los cincuenta milímetros de ancho, mientras que antiguamente, sobre todo en los modelos digitales, eran la excepción. Incluso los primeros G-Shock eran modelos relativamente pequeños (más aún, al poco de aparecer G-Shock una de sus primeras variaciones fue un modelo más pequeño que el convencional DW-5000: el DW-500, porque el DW-5000 ya era demasiado grande para la época). Incluso había modelos "slim", que tenían como virtud una caja muy estrecha (de sólo 6,4 mm de espesor) que facilitaban su uso con ropa ajustado y que no se "peleaban" con los puños de las camisas o de las cazadoras.
Nada de eso existe ahora. Los G-Shock han pasado a ser modelos monstruosos, y los aún más grandes (las versiones "anabolizadas", los "Big Case" como los GD-X6900 y los GX-56) tienen un tremendo éxito. De los modelos pequeños con cajas compactas sólo nos quedan algunos testigos en la línea "Collection", la mayoría con módulos muy pobres, heredados o desarrollados a partir del que monta el F-91W, como son el F-105W, el W-59, o los modelos cromados A159 o A168, entre otros.
Los modelos más robustos de antaño, los HD, que entonces eran las cajas más brutales de Casio, serían ahora, por dimensiones, casi un modelo estándar. Y si quieres un G-Shock de ese tamaño, más compacto, tienes que irte a Baby-G porque G-Shock ya no lo tiene.
Pero ¿qué fin tiene todo ésto? En el mundo del automóvil, como ya dijimos, tiene su razón por cuestiones de mejora de la seguridad (carrocería con diseño de absorción de impactos, incorporación de airbags...) y por espacio y mejora de la ergonomía interior. Pero en general, en los relojes de hoy -de todas las marcas, no sólo de Casio-, ¿ha supuesto una mejora en la tecnología? La mayoría de las veces, no. Cierto que en modelos como los Pro Trek esa podría ser una de las razones (al incorporar múltiples sensores), pero en otras gamas y en otras marcas no tiene ninguna razón de ser. Incluso en Pro Trek los modelos más famosos y los más demandados (PRW-3000) lo son precisamente por tener un contenido diseño, mientras que por contra Casio lanza un triple sensor en G-Shock (el GW-9400) y en lugar de seguir ese bonito y acertadísimo diseño del PRW-300, va y lo hace "monstruoso".
La otra razón que se nos podría plantear, del mundo de los automóviles, sería: ¿ha mejorado la ergonomía? (O en términos "relojeros", ¿ha mejorado la visualización de los elementos y de la información?). La respuesta en la mayoría de las ocasiones es también que no.
La razón tiene más que ver con las modas y el estilo que con la simple utilidad. Los relojes a tamaño "gigantesco" parece que gustan (o eso nos quieren hacer ver) y se venden más. Si te gustan los modelos analógicos y quieres uno compacto, verás que encontrarlo te va a suponer todo un desafío. Tal vez en algunas variantes de los MTD podrás dar con él, eso en Casio, porque la amplia mayoría de marcas sólo fabrican relojes de tamaño pequeño cuando son para mujer.
Pero al tratarse de una simple moda, lo más seguro es que llegue un día en que todo cambie y volvamos otra vez a ver copado el mercado por relojes de minúsculas proporciones. Algo así ocurrió con la telefonía, en donde aquellos "ladrillazos" de los años noventa fueron eclipsados a principios de este siglo por los móviles minúsculos, encabezando y liderando esta moda el superventas Nokia 8210. Y, ahora, el iPhone y sus "clónicos" derivados de Sony y Samsung han vuelto a poner de moda el móvil grande y pesado, incluso hay quienes hablan por la calle con su tablet pegado al oído como si lo transportaran al hombro.
Así que aprovechen todos a los que les gusten los relojes de gran tamaño, porque quién sabe si en solo unos pocos años serán sustituidos por relojes de cajas mucho más compactas y delgadas. Porque todo vuelve, y las modas también.
| Fuente: Zona Casio
El límite lo define siempre el mercado. Mientras haya gente que compre esos relojes big size, los seguirán fabricando.
ResponderEliminarEfectivamente el mercado manda, no sólo en relojes, sino en todo. Y los ingredientes principales, a mi entender, son las modas y los gustos personales, pero hay otro ingrediente con peso, que son las necesidades. Y me explico.
ResponderEliminarA mí personalmente me gustan los relojes grandes. Más de un reloj que me gustaba por otras cuestiones, lo he rechazado por ser demasiado pequeño. Es decir, uno de los valores (para mí) que pongo en la balanza para comprar o no, además del cristal mineral, es el tamaño. Pero no por el tamaño en sí del reloj, sino por el de su esfera y por tanto los dígitos, porque por regla general, para que estos sean grandes, todo lo demás ha de serlo también. Aunque hay excepciones, por ejemplo el SGW-100, que sin ser demasiado grande, es el reloj que tiene los dígitos más grandes de todos los que tengo.
Por eso en el post del GD-350 (enorme) lo elogié tanto y me quedé prendado de él (que por cierto aún no lo tengo, porque se han ido colando otros, pero sigue en mi lista de deseos).
Y eso es porque me gusta ver rápidamente la hora, con un sólo vistazo y aunque tenga el brazo distanciado. Con los dígitos pequeños, y si no hay mucha luz, hay que estar unos segundos mirando, cosa que no pasa con los analógicos ni anadigis, uno de los motivos por el que me gustan tanto.
En fin, que yo creo que aquí también, el tamaño importa. Aunque yo he expuesto mis motivos, que imagino que muchos los tendrán parecidos, cada uno tendrá los propios para gustarle o no el tamaño grande....
Es una moda, también lo creo, y supongo que ya esta en los estertores finales. Hace mucho que el reloj dejó de ser lo que era, una herramienta, para convertirse en un objeto de decoración. Y como tal tiene que hacer ostentación, pero veo que cada vez más firmas están lanzando modelos de proporciones contenidas y regresando a lo razonable. Me recuerda aquellos modelos que swatch sacó en los ochentas que eran relojes de pared...
ResponderEliminarLo de "chabacano" es una apreciación muy personal. No se puede tildar de chabacano o burdo, lo que a uno no le guste. Hay relojes grandes de una categoría tal, que de burdo no tienen nada. Lo de incómodo, según para quién. Yo me siento muchísimo más cómodo con un reloj grande que con uno pequeño. Yo me siento incómodo con una corbata, incluso en pleno invierno, y no por eso digo que es incómoda, porque habrá quién la lleve estupendamente. Y las "proporciones humanas", habrá que definir cuales son, porque cada uno tendrá las suyas. Tengo un amigo que calza un 52, ¿acaso sus zapatos son chabacanos? ¿son incómodos?. El hombre no puede ponerse un 42, porque no le caben, y él es tan humano como los demás, incluso con esas proporciones.
ResponderEliminarEn fin... que hay otra cuestión, que es definir a partir de que tamaño podemos decir que un reloj es demasiado grande, porque yo llamo "demasiado" grande al reloj que le ví a Marcelo (el jugador del R.Madrid) en una rueda de prensa, que debía medir 8 cms de diámetro. ¡Ese sí puede ser incómodo de llevar, porque no cabe ni en la manga de la camisa. Pero si hablamos de 5 cms... ¡será grande el Liliput!.
Un reloj de tan sólo 3 cms. de diámetro, para mí (para mí) es ridículo, ¡pero no digo que los relojes de 3 cms. son ridículos! que es distinto, ¿por qué? , pués porque respeto a todo aquel al que sí le gusta un reloj de ese tamaño.
A mi no me gustan los relojes grandes, molestan con todo, y pegas con todo con ellos, son un estorbo llevar ese colgajo ahí prendido de la muñeca. No se como la gente puede ir tranquilamente con un G-shock de esos grandes, es una tortura. Pero los pequeños tampoco me gustan, en eso coincido con Francisco en no me gustan los relojes que para ver la hora tienes que guiñar los ojos, como los F-91 y parecidos. Para mi el mejor modelo son los de entre medio, como antes tenía Casio con los DW-240 y DW-260, o como los F-201 actuales, que se ven bien los números y no molestan.
ResponderEliminarPara mi el tamaño ideal estaría entre el DW-5600 y el DW-6900, pero para gustos los colores.
ResponderEliminarObviamente, apuntáis que salvo la moda no hay ninguna mejora. Me da rabia ver como en un GD-X6900, el espacio está tan desaprovechado que los dígitos son más pequeos que en un DW-5600, y muy similares a los del DW-6900. Para que sirve ese tamaño entonces?
Sobre lo que decía Peugeot del F-91W, tengo lado a lado uno con un GW-6900, y diría que fecha, minutos y segundos son más grandes en el pequeño F-91W.
Yo prefiero los relojes delgados (slim) pero ya no existen. Mi primer reloj fue un Databank y no se si llegaba al medio centímetro de grosor.
ResponderEliminarEn cambio ahora prácticamente casi todos los Casio interesantes miden mas de un centímetro. Los Protrek miden entre uno y centímetro y medio. Me compré un PRW-2000 que media 11 milímetros y era el mas delgado hasta la fecha, todos los que han sacado después son mas gruesos (los nuevos 15 milímetros).
Para mi es mas cómodo un reloj delgado, que puedas llevar bajo el puño de la camisa o un jersey sin problemas.