Las funciones en los relojes Casio

Hay muchas funciones que podemos encontrar en los relojes Casio, gracias al uso de sensores y/o diferentes algoritmos reuniendo la información a partir de la zona horaria o nuestra posición geográfica. Vamos a relatar algunas de las más famosas, o, también, de las más interesantes.

A lo largo de su larga historia Casio ha tenido muchas (GPS, cámaras fotográficas, infrarrojos...), sería extensísimo nombrarlas a todas, pero entre éstas que aquí te contamos seguro que se encuentra alguna de tu preferida.

Prueba: Casio TS-200

Durante finales de los años ochenta y principios de los noventa Casio comenzó a introducir modelos con sensores en una gran parte de sus relojes. Así la era digital vivió un rejuvenecimiento, una segunda juventud al ofrecer un añadido extra que sin apenas aumentar peso o complicaciones enriquecían de manera notable la experiencia de usuario al llevar un reloj. Durante años, bastantes años, los relojes con sensores eran la referencia, el culmen de la miniaturización, hasta que fueron reemplazados por los microcomputadores y la telefonía móvil.

Aún hoy la diferencia entre un reloj "de aquéllos" (o diseñado como aquéllos) y un smartphone o smartwatch es notable. Mientras los primeros las instrucciones eran puro código máquina, introducidas de fábrica en la circuitería y ancladas inseparablemente a sus chips y hardware, en los aparatos modernos los sensores se encuentran por debajo de capas y más capas de firmware.

Hace cinco años: los Pro Trek se actualizaban con los nuevos PRS-500

En diciembre de 2006 Casio presentaba la actualización de su línea Pro Trek, ofreciendo los nuevos PRS-500, compuestos en este caso por dos modelos: el PRS-500-1VDF, de caja de resina y acero inoxidable y con correa de resina, y el PRS-500T-7VDF, con la misma caja pero pulsera de titanio.

Ambos eran Tough Solar e incorporan un espacio gráfico en la parte inferior de su display bastante atractivo y útil, en donde se podía ver la temperatura o el estado de las mareas, dependiendo del modo visual elegido. Su precisión era de +/- 15 segundos por mes, y, además, disponían de cristal abovedado.

Saber montar a caballo

Soy partidario de que cuantas más cosas tenga mi reloj de muñeca, mejor. Creo que no hubo nada, ninguna función que tuviese alguno de los variados relojes que he usado a lo largo de mi vida que no acabase usando en algún momento. Aunque solo fuese por curiosidad (como el momento más adecuado para cazar o pescar).

Por eso en cierta forma prefiero los relojes digitales a los analógicos, ya que suelen ser más prácticos y disponer de más funciones. Y por eso entre todos los modelos de Casio los Data Bank son una de las gamas que más me atraen. Incluso hubo momentos en que acabé usando funciones que creía en otro tiempo totalmente inútiles, como el doble horario, la hora en todos los modos o las fases lunares. Hasta el extremo de que hubo un verano en donde recurrí bastante al termómetro en mi reloj.

Interesante comparativa sobre la autonomía de los relojes

El blog de nuestro querido lector Guti lo hemos traído aquí en varias ocasiones, no solo porque publique temas muy interesantes, sino porque trata de vez en cuando de una pasión que entre él y nosotros tenemos en común (y que compartimos también con todos vosotros, obviamente): los relojes Casio.

El pasado día 31 Guti publicó un interesante artículo en donde trata el tema de la autonomía, una de las cosas que a veces solemos pasar por alto (excepto cuando la duración de las pilas es ridícula, que entonces sí se posiciona como un elemento de vital trascendencia a la hora de elegir un reloj determinado) pero que puede hacernos pasar insufribles momentos de molestia y, encima, con el impacto económico que un constante cambio de pila lleva consigo.

Los fallos de las tecnologías más complejas de Casio: no es oro todo lo que reluce

Casio tiene fama de fiabilidad, dureza y robustez. Ganada a pulso durante muchos años. Pero cada vez más está introduciendo complejos mecanismos y sistemas en sus relojes, que obliga a que la miniaturización y la programación ya no sea lo que era. Por ejemplo, en los modelos Tough-Solar con auto-corrección de agujas (la "automatic hand correction"), no siempre funciona como debería. En teoría, cada 55 minutos el reloj verifica, por un complicado sistema electrónico (que no viene al caso explicar aquí ahora) si las agujas del reloj corresponden, en su marca horaria, con la que ofrece la hora digital. Es conocido el vídeo (lo puedes ver al final de este artículo) en donde todo un Oceanus OCW-T400 con las agujas en posición errónea, el sistema "pasa" olímpicamente de todo y no hace el mínimo caso a la autocorrección.

Otro sistema es el Smart Access. Un buen sistema sin duda, Casio lleva invertido mucho tiempo y dinero en él, pero su dependencia de nada menos que cinco motores (tres de ellos, además, a los extremos) de movimiento hace que sean relojes muy proclives a los campos magnéticos (uno de los componentes microelectrónicos que son más frágiles en ese aspecto). Casio ha decidido "matar moscas a cañonazos", y ante la imposibilidad -de momento- de protegerles, ha incluído en todos ellos el sistema de auto-corrección que hablábamos antes. Es una forma de ganar por una parte, y de perder por la otra.

¿Playas o intervalo lunitidal?

La trágica, soporífera y a veces desesperante configuración de los relojes con gráficos de mareas ("tide graph") ha obligado a que los fabricantes busquen soluciones alternativas para conocer los datos del intervalo lunitidal (hemos hablado sobre esta "palabreja" en un artículo hace tiempo aquí) que sean menos engorrosos a la hora de dejar listo nuestro reloj para que nos dé los datos de pleamares y bajamares. Actualmente se utilizan tres soluciones, pero cada vez cobra más protagonismo la del tipo de "mareas preprogramadas", algo así como un calendario de mareas que simplemente dándole nuestra posición geográfica nos informa de la situación de las olas (o/y, además, de aquéllas playas con el oleaje mejor valorado por los surfistas).

Antiguamente tenías que conocer el "establecimiento de puerto" ("intervalo lunitidal") para poder configurar tu reloj. De ese simple dato dependía que pudiera darte la información lo más exacta posible del estado de las mareas. Ésto era tan difícil de conocer (en algunas partes del globo) y engorroso de calcular, que no poca gente decidió optar por la tangente: no incorporárselo. Sobre todo a los que viven en zonas de interior, el estado de la mar les da "un poquito igual", así que no les preocupaba si había pleamar o bajamar. Pero para los más puntillosos y, sobre todo, para la gente de la costa, tener un reloj con esa capacidad y no poder aprovechársela era, ciertamente, un desperdicio de funciones. Y una curiosidad menos de su reloj que no disfrutaban. Así que se veían obligados a conocer "como fuera" estos datos. Ejemplo de este tipo de configuración son los GLX.

El extraordinario bisel protector de los AE-1500

Confieso que me encanta el bisel protector de los nuevos Casio AE-1500. Por primera vez en mucho tiempo en Collection (y esperemos que sirva de precedente), tenemos un bisel que realmente cumple su función: la de proteger el cristal. Las múltiples caras excéntricas del bisel multiposicional (diseñadas para proteger el reloj desde varios ángulos, como en los G-Shock), añaden un elemento diferenciador al reloj. Un bisel que, además, realizado en resina y formando parte de la misma caja, no será necesario sustituir.

En los modelos similares de Pro Trek, como los PRW-3000 o PRW-30, el bisel es un simple anillo alrededor del cristal (que es mineral en ese caso), pero carece de los múltiples salientes que dotan al bisel, tanto a los lados y de frente, de esa característica protectora singular.

¿Por qué Casio no hace un reloj "redondo, redondo" y que lo tenga todo?

Precisamente hoy en la Galería Semanal nuestro lector Sergio toca un tema que hace tiempo queríamos tratar aquí, aunque a ver si podemos afrontarlo desde un punto de vista un poco imparcial, porque sabemos que es un tema bastante sensible. También he visto referirse a ello en otras partes, y en vídeos incluso, donde algunos aficionados de Casio aparecen quejándose sobre que no hay un reloj "redondo", un reloj que, en suma, "lo tenga todo", e incluso hay quienes dicen que Casio hace eso a posta para que siempre te falte "algo" y tengas que así seguir comprando más y más relojes.

Hace unos días, curiosamente, Guti me escribía sobre su W-S210. Me contaba que era uno de los mejores relojes que tenía, puesto que incorporaba todo lo que le agrada en un reloj digital: es solar, tiene opción de armis, caja robusta, pulsadores de metal... Y un módulo de lo más completo, que incluye gráfico de mareas y lunar, y contadores de largo alcance (24 horas en su cronógrafo y temporizador). Eso sin olvidar su competitivo e insuperable precio. Pero, sin embargo, tenía "unos pocos inconvenientes": su cristal era de resina. Para él sería el reloj perfecto si incorporase cristal mineral. Y sí, sería perfecto... Pero no lo es.

La bonita lata de los Casio WaveCeptor

FKT-100, el primer reloj radiocontrolado de Casio.

La tecnología de radiorrecepción de Casio, WaveCeptor, era tan innovadora en el mercado que se publicitaba como tecnología "smart". Por supuesto, era lo más "smart" de la época, así que Casio se refería a sus relojes como "the smartest watches in the world" ("los relojes más inteligentes del mundo").

Esta tecnología comenzó a incorporarse a los relojes de Casio a mediados de los años noventa, de hecho el primero en llevarla no fue un G-Shock (contrariamente a lo que algunos piensan), sino un nuevo modelo de la línea Data Bank, un ana-digi denominado FKT-100 lanzado en 1995 el cual, además, era DB30. Su módulo era el 785, y montaba una pila CR2016. Aún no llevaba la denominación de Waveceptor, sólo la leyenda "Receive" de uno de sus pulsadores indicaba su capacidad de recibir señales de radio.