Esta semana pasé por una antigua tienda de electrónica de la ciudad, una tienda que lleva ya muchísimos años abierta y que fue una de las pocas en las que, hace ya tiempo, encontré relojes de Casio antiguos. Sin embargo en esta ocasión en su escaparate únicamente estaban expuestos modelos de Casio nuevos: los W-215, algún W-202, varios analógicos... Ni siquiera estaba expuesto el último modelo que les quedaba del Edifice EFD-1000, el cual vendían por más de noventa euros, un precio que, recuerdo, en aquel momento me pareció un abuso pero que sin embargo alguien debió estar dispuesto a pagarlo por él, uno de los últimos digitales de caja maciza de Casio.
Decidí aprovechar la ocasión y preguntarle al propietario de la tienda solamente para ver qué me decía. Al consultarle sobre relojes antiguos de Casio su mueca de sonrisa en la cara lo reflejaba todo. Tras criticar duramente a los distribuidores actuales de Casio ("los antiguos todavía te atendían y se preocupaban por traerte determinadas pieza, éstos de ahora ni eso") -paradójicamente ahora es la propia Casio España quien se encarga de la distribución, por cierto-, me contaba que los modelos de Casio antiguos no tenía ni que ponerlos en el escaparate, que le volaban de las manos. "Llegué a tener modelos de trescientos y cuatrocientos euros de los años noventa y la gente se peleaba por ellos, estos de ahora nadie los quiere".