Yo siempre he sido de correas de resina. Siempre me han parecido lo más cómodo y lo más útil, aunque paradójicamente mi primer reloj digital era con armis, y el reloj que más tuve de pequeño, hasta que de adolescente pude comprarme uno con mi propio dinero, era también con armis. Y el armis nunca me resultó molesto, ya que jugaba, estudiaba, y salía a divertirme con él. Probablemente era debido a que era un reloj muy ligero, con eslabones laminados y caja chapada.
A medida que pasaba el tiempo y comenzaba a trabajar en tareas casi siempre manuales, en las cuales requerías moverte mucho, y a entrenar (el armis me molestaba especialmente cuando realizaba katas, mientras que la resina no) fui cambiando casi sin darme cuenta los relojes, adquiriendo siempre modelos con correa. Esto trajo consigo un mundo nuevo que antes me era desconocido: los recambios (nunca había tenido la necesidad de cambiar un brazalete de metal, a pesar del duro trato que les daba), las "re-adaptaciones" (las correas de otros relojes que me gustaban por su comodidad cortadas o "recortadas" para ponérselas a otros modelos)... En resumen: gastos, pero sobre todo preocupaciones y roturas.