
No vivo en una ciudad pequeña, de hecho puede decirse que vivo en una ciudad media con todos los servicios. Pero a veces me siento como si, en determinados aspectos, hubiera retornado a mi pueblo (hoy casi un pueblo fantasma, dicho sea de paso) de unos pocos cientos de habitantes. Ya doy por lógico el que ciertas cosas no pueda encontrar aquí, como lijas de grano fino, o aceite de silicona (nadie las tiene). Eso casi mejor pedirlo por Internet, lo mismo que el alcohol isopropílico, que aunque lo tengan no te lo venden y sin embargo por Internet te lo vendes a litros. Pero lo que de verdad me ha hecho recapacitar es cuando voy en busca de pilas para algunos relojes y no las encuentras por ningún lado. Si sales de las habituales SR de óxido de plata, el resto a veces en ciertas tiendas (con enormes carteles en los que puede leerse: "
pilas para reloj", por cierto) ni siquiera conocen su existencia. Ni les importa. Para algunos modelos de Casio me he visto obligado a comprarlas por internet, ¡no hablemos ya si buscas algo más específico, como un acumulador o un capacitador!
Ante esto me he visto en la necesidad de tener que plantearme el comprar un reloj mecánico (y me he dicho a mí mismo que en cuanto me lo pueda permitir, compraré uno de remonte manual). No quiero que un día de la noche a la mañana me quede sin reloj o que acabe dependiendo para todo de una conexión a Internet, incluso para comprar algo tan básico y barato como eso. Es verdad que siempre hay la solución de adquirir un Tough Solar, pero os confieso que soy un negado para ese tipo de relojes y por más que lo he intentado, siempre se me acaban descargando. Y prefiero adquirir la costumbre de cargar de cuerda un reloj mecánico, que no el tener que vigilar si la carga de un solar sube o baja. A lo que también hay que unir algo que nunca hay que obviar: el desgaste de materiales por la incidencia de los rayos solares, teniendo en cuenta que hoy en día la mayoría -sino todos- de los solares asequibles son de resina.