No durará mucho así que, como dicen los viejos, hay que aprovechar mientras dure. Y hoy que el cielo está de un intenso azul - cosa rara y que no se ve muchas veces por estas tierras -, aunque al fondo haya unas nubes con amenazadora base grisácea - y que un viento fresco se levanta en rachas, presagiando que esto no va a durar, ciertamente -, es un buen momento para salir a tomar un poco el aire sin prisas y sin agobios. Esos momentos en donde no tienes que ir a ningún lado deprisa, donde no estás citado en ningún lugar.
Mientras un señor ensaya música en un rincón del parque - seguramente para dejar un rato en paz a los vecinos - y, mira qué coincidencia, el semáforo se pone verde al verte llegar. Y eso no ocurre muchas veces en ese semáforo que está programado para tardar puñeteramente mucho en dar paso.