Me ha gustado mucho la tesis final, publicada el pasado año por la Universidad de Comillas, cuyo autor es Daniel Jiménez Díaz, y que ha contado con la dirección de Pilar Melara. En este trabajo su autor analiza, de una forma muy cuidada y enormemente clarificadora, la relación entre la relojería y el mundo del lujo. Cada uno de sus párrafos atesora una interesante información, y nos cuenta que en la relojería, en general se ha "sufrido cierta aversión al riesgo, debido a las recesiones globales, el descenso del consumo y la inestabilidad política que ha azotado al panorama mundial durante los últimos años. Las marcas han empezado a crear colecciones más reducidas, y a limitar la distribución de sus relojes". Esto lo vemos palpablemente en muchos sectores, incluso en firmas tan populares e, históricamente, asequibles como Casio. Sin embargo, y aunque parezca paradójico, su autor hace una excepción: las principales firmas relojes son un tanto inmunes a esos bandazos de los mercados, y una de las razones es que "poseer un reloj de las marcas líderes no siempre es tan fácil como parece".
Entre las prácticas que usan esas marcas, aunque una de las principales es el precio, no es la única: "los precios en los bienes de lujo que van a perdurar en el tiempo, como Rolex o Patek Philippe, siempre van a ser precios altos. Estas marcas también usan otro tipo de gestión de sus productos como por ejemplo la de conocer al cliente y dar el visto bueno al mismo antes de permitirle la compra del reloj, ya que como dice el director general de Patek Philippe, Thierry Stern, el dinero por sí solo nunca será suficiente para obtener un Patek Philippe; si quiere uno, se deberá solicitar el derecho a poseerlo y los Stern aprobarán personalmente cada solicitud. Este tipo de estrategias son un claro ejemplo de que poder poseer un reloj de marcas tan prestigiosas como estas no siempre va a ser una tarea fácil".
Y el autor continúa: "cuando compramos un reloj de una marca de lujo, lo hacemos por diversos motivos, normalmente la razón principal será tener un buen reloj y que te dure toda la vida, y en muchas ocasiones, pensar en pasárselo a la siguiente generación cuando llegue el momento. El principal error que comenten muchos clientes sería el de comprar un reloj para que los demás sepan que llevas un objeto de lujo en la muñeca".
Jiménez señala cuales de esos elementos son los que van a hacer que nuestro reloj perdure, y éstos son: marca, modelo y características y estado del reloj. Además, para reforzar su presencia y hacer que el reloj tenga un valor elevado a lo largo del tiempo, las marcas utilizan diferentes estrategias. La intención es crear "relojes icónicos, ediciones limitadas, relojes de
baja producción y relojes con historias que vayan más allá del marketing". Para ello, se recurre también a contratar a personajes famosos, que puedan darle personalidad y carácter al reloj.
Otro caso aparte, y a tener en cuenta, son las ediciones limitadas. "Antiguamente, las ediciones limitadas eran muy escasas, ya que el reloj era un objeto más funcional y las marcas no recurrían a este tipo de estrategias para aumentar la demanda de un modelo". Esta es una estrategia, pues, relativamente reciente solo con el fin de multiplicar artificialmente el precio del reloj, y revalorizarlo. Pero esto tiene un riesgo: "a día de hoy, muchas marcas siguen esta estrategia para aumentar los precios con respecto a los modelos regulares, por lo tanto, hay tantas ediciones limitadas, que el concepto de 'limitado' ha perdido parte de su reputación original".
Un capítulo especial se lo lleva la ley de la oferta y la demanda, por ser de capital importancia en relojería. Con ayuda de Jiménez, repasemos por alto de qué se trata:
"Esta ley que tanto se usa y que es tan conocida en el mundo del marketing y de la economía, también es muy utilizada por las marcas de lujo de productos no perecederos y, en concreto, las marcas relojeras. Esta ley refleja el principio básico sobre el que se basa una economía de mercado, es decir que nos explica la relación entre demanda de un producto y cantidad ofrecida del mismo, teniendo en cuenta al precio al que se vende el producto".
Tengamos en cuenta que, en este contexto, la oferta y demanda está estrechamente relacionada a la producción del reloj: más relojes, menos demanda; y menos oferta, más demanda. Claro que esto no tiene por qué ser siempre así:
"Rolex, por ejemplo, es una marca que tienen un volumen de producción muy alto, y a pesar de producir más de 800.000 relojes anuales, se podría decir que sus relojes son los que menos valor pierden a día de hoy en el mercado. Esto es posible debido a que para millones de personas, poder llevar en la muñeca un Rolex sigue siendo el 'sueño' de poder tener el reloj deseado".
Pero normalmente "las marcas de relojes más demandadas disminuyen la oferta. A diferencia de lo que harían muchas otras marcas, las cuales cuanta más alta es la demanda, más oferta ofrecen al comprador, estas marcas tan prestigiosas de relojes disminuyen la oferta de determinados modelos muy demandados, fabricando un número muy bajo de productos, para que de esta manera el mercado no se sature ni se masifique".
"Por ejemplo, algunos modelos muy exclusivos de la marca Patek Philippe (Nautilus) solo llegan a muchas joyerías una vez al año, haciendo que estos distribuidores escojan rigurosamente a qué cliente o comprador le dan el prestigio de comprar un modelo tan limitado".
Junto a ello encontramos "el efecto Boutique" (ofrecer el reloj en un ambiente selecto, en determinados establecimientos y con elementos accesorios de valor, como revistas o artículos específicos), junto con la realización artesanal para aumentar la sensación de exclusividad de determinadas ediciones. Casio ha recurrido a ello bastante últimamente, con acabados para algunos de sus modelos realizados por maestros en diferentes artes - como la fundición -.
Tener un reloj histórico, exclusivo y valioso le aporta a la marca seguridad, una fuerte identidad, y una inmediatez de beneficios más firme porque, como menciona también el autor de la tesis, en los consejos de administración de las compañías, donde se deben rendir cuentas cada trimestre, se hace necesario tener un producto que sea tan deseado que pueda, por lo mismo, venderse muy caro.
| Redacción: ZonaCasio.com / ZonaCasio.blogspot.com
Patek Philippe son palabras mayores:
ResponderEliminar"En su taller de restauración en Ginebra, reina una máxima: No hay ninguna razón por la que un reloj Patek Philippe no pueda durar eternamente. Desde el respecto más absoluto, en Patek Philippe cumplen con el compromiso de restauración y mantenimiento de todos sus relojes (incluso los fabricados en 1839). La manufactura conserva un archivo increíble compuesto de más de 5 millones de elementos entre componentes y piezas de repuesto con muchos elementos originales y modelos que ya no se fabrican. Además el equipo de restauración está perfectamente capacitado para fabricar piezas exactas a las antiguas para configurar engranajes perfectos a partir de los diseños y las herramientas originales. Después de todo, cada reloj Patek Philippe es tan individual como su propietario. Honestamente, tener la oportunidad de observar la pasión y el respeto con el que estos maestros relojeros viven su trabajo, brinda una oportunidad para reconciliarse con el ser humano".
Y Casio no puede ni siquiera volver a fabricar la correa de un DW-5000. Queda todo dicho.
Yo no cambiaría un DW-5000 por quinientos Patek Philippe. Aunque esté sin correa.
EliminarPP tiene mucha razón en eso. Aunque obviamente no es el mismo el posicionamiento de Casio que el de Patek, por más que ahora los de Casio quieran ir en plan helvético. Que no sean capaces de ofrecer esas correas o esos biseles sólo causa que acaben con su herencia, algo que luego se aprentirán.
ResponderEliminarEn cuanto al artículo, es super interesante y muy cierto lo de Rolex, que no nos engañemos, se producen en serie y de forma muy automatizada igual que Ferrari.
Cuanto más creces, más feliz eres con un reloj simple
ResponderEliminarViviendo cerca de Puerto Banús me causa bastante risa la frase achacada a Patek de elegir a sus clientes rigurosamente, el dinero manda y no hay más.
ResponderEliminarYo les digo a mis hijas que todo el mundo vale lo mismo .en esta sociedad materialista en la que me incluyo ,sigue habiendo clases ,pero llamarme romántico o insensato me dan igual ,yo valoro la gente por lo que vale lógicamente en mis escala de valores(todo el mundo juzgamos),pero lo que solemos ser los españolitos es ser clasistas .si un negro con dinero viene con una limusina y una cohorte de gente nos hacemos pedazos ,si este mismo negro viene en patera viene a quitarnos el trabajo o a robar (supuestamente) no lo queremos .
ResponderEliminarCon los relojes pasan lo mismo ,yo con un Casio soy feliz y lo que opinen la gente me da igual, un cura de mi pueblo D.Rafael nunca juzgo a la gente por lo que llevaba en la muñeca o en otro sitio, opino como él
Interesante. Sin necesidad de irnos necesariamente a marcas de lujo, una buena marca es aquella que se compromete con el producto que vende y con su usuario y que pone pasión en lo que hace. Y más hoy en día que producimos tanto residuo que vamos a reventar junto con todo ello. Reparar y mantener lo que ya existe es una forma de querer al planeta y también demostrar que se valora y se cree en aquello que se fabrica. Y poco marketing hay mejor que l boca a boca, el saber de alguien que compró esto o aquello y que aún le aguanta y tiene las atenciones de la marca para que así sea. Eso tiene que volver a ser PERO YA una parte importante del negocio.
ResponderEliminarProbando...
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