Ya hemos contado aquí varios casos de relojes en Casio, algunos dentro de su gama Premium, otros dentro de G-Shock, con defectos bastante llamativos. Casio continúa fabricando relojes de una gran calidad, pero no tiene que ver con eso, más bien los defectos son en el proceso final de producción, cuando "alguien" debería controlar que ese reloj sale de la línea de montaje no solo con un módulo bien ensamblado y que funciona correctamente, sino con un acabado acorde con lo que se espera de un Casio. Y parece ser que es en este punto donde últimamente más fallan los nipones, como si ya no hubiese esa persona (o personas) al final de la línea de montaje que, como ocurre con los coches -y con tantos otros productos de consumo- se prueban en un circuito, se enciende el motor, etc.
No se si esas personas encargadas de "testearlos" se han ido al paro o han reducido tanto la plantilla que ya no cumplen tan bien su trabajo como antes. Porque en efecto, antes estas cosas con Casio no pasaban. Podían ocurrirte con un chino de Skmei, con un módulo de fabricantes chinos "a granel", pero no con Casio.