Cuando nuestro lector Sorderita se puso en contacto con nosotros informándonos de que tenía en su poder dos interesantes ejemplares de Casio, los AT-550, y ofreciéndonos compartirlos con todos vosotros, no podíamos menos que decirle que sí. Por varias razones. Una de ellas es que no son modelos que tengamos habitualmente aquí, ya que en analógicos, aunque los tocamos y hablamos de ellos muchas veces, no solemos traerlos "en directo". La otra es por representar algo de lo que muchas veces hemos hablado en Zona Casio: la etapa más prolífica y sorprendente de Casio, la de los años ochenta, que sentaría las bases de todo lo demás y de la cual han vivido (y aún viven, ahí tenemos, sin ir más lejos, a G-Shock) durante muchos años después. Muchos de los módulos actuales, su formato, su diseño (el orden de pantallas, el botón de ajuste incrustado en el lateral, los Data-Bank...) son creaciones cuyo nacimiento y desarrollo se fraguó en los años ochenta. Por no hablar de los relojes con sensores (la amplia variedad de sensores y tecnología de miniaturización de determinados modelos de aquellos años le daría hoy mil vueltas a las supuestas "innovaciones" de ahora, baste recordar productos como el reloj con emisora de radio, o los modelos con sensores ultravioleta o de ritmo cardíaco mediante tecnología infrarroja). Todo aquello sentó las bases de los productos que luego llegarían, y le darían a Casio una fama y un prestigio que la convertirían en una de las marcas de tecnología de miniaturización más avanzadas del planeta.
Estos Casio AT-550 son una buena muestra de ello. En un tiempo donde muchos todavía se sorprendían al ver un reloj calculadora (los AT-550 llegaron al mercado en 1984), Casio lanzaba estos modelos que no solo disponían de calculadora en un formato innovador ana-digi (como decimos, ya toda una sofisticación en sí mismo), sino que además ofrecían tecnología con un panel táctil, en unos años en que los iPhone aún estaban lejísimos, y donde lo táctil era poco menos que pura ciencia-ficción, de películas como Blade-Runner o de series como Espacio 1999 o Galáctica.
Una muestra de tal innovación es que para ver de forma cotidiana relojes táctiles tendrían que pasar más de treinta años, y bien avanzada la década del 2000 del siglo XXI, y aún así hoy en día estos relojes con calculadora táctil siguen siendo una curiosidad tecnológica, una rareza, casi un oopart relojero. ¿Cómo explicar sino que en un tiempo donde no existían siquiera tecnología LCD a color ni monitores de televisión o de ordenador planos -por cierto, otra de las tecnologías que debemos a Casio: cuando veas la pantalla a color de tu teléfono móvil, de tu televisor o de cualquier otro dispositivo, que sepas que es algo que tenemos que agradecerle al fabricante japonés, tecnología que desarrolló para sus televisores STN y que luego empezaría a implementar Sony-Ericsson con el mundialmente conocido t68i, al que le seguirían todos los demás. Hasta entonces la única pantalla a color era la del LCD a segmentos del Siemens S10, que conseguiría el color gracias a filtros LCD de una manera un tanto burda. Casio le pidió a sus ingenieros que desarrollaran un televisor a color para llevar en el bolsillo, y entre el pliego de condiciones se mencionaba que el display tenía que ser digital para ahorrar energía de las pilas y poder tener una autonomía "decente". Los ingenieros respondieron que no existía ese tipo de tecnología, a lo que Kashio les respondió: "si no existe, inventémosla nosotros". Así nacieron todos los LCD a color que tenemos en la actualidad- se pusiera a la venta un reloj no solo con calculadora, sino táctil?
Otra aclaración que hay que hacer es que estos relojes no eran un mero producto de "experimentación", sino modelos que se vendían y se publicitaban en multitud de mercados. Por supuesto, no eran baratos (ni tan siquiera los relojes-calculadora lo eran), pero el mero hecho de su existencia y de que cualquier mortal pudiera comprárselo en su relojería dejaba bien claro la evolución tecnológica de la que Casio hacía gala.
Hace no muchos años el mundo se rendía a los pies de Apple y quedó hipnotizado por sacar un teléfono móvil con tecnología táctil. Pero ¿cual era en realidad la novedad? Treinta años atrás Casio ya había ofrecido algo similar, más pequeño, más innovador, y más transportable. Sí, no es extraño que en los ochenta la gente soñase con que hoy estaríamos conduciendo pequeños vehículos con tecnología de anti-gravedad, que el hambre en el mundo sería un mal recuerdo, o que la naturaleza brillaría en todo su esplendor en una atmósfera limpia. Por desgracia toda aquella tecnología se quedó en un bonito intento. De los transbordadores espaciales que evolucionarían en vehículos tripulados a Marte hemos pasado a tener que pedir prestadas las naves Soyuz a los rusos porque ni eso tenemos. Sí, antes los ordenadores funcionaban con 12Mb de memoria y ahora con cientos de Gbs., ¿pero de qué ha servido? Eso no se ha traducido en nada más que en una sociedad sin esperanza. Hoy, llevar en tu muñeca a todo un Casio AT-550 es ir por delante de todos los relojes que existen, con una tecnología a la que copian los smartwatches. Quién lo diría.
Las funciones
Los AT-500 disponían de funciones muy completas. Pulsando un botón se accedía a sus tres pantallas principales: el modo calculadora, el modo alarma, y el modo cronógrafo. Gracias a su display digital poseía funciones que no se quedaban, por tanto, en la hora analógica. Lo curioso de su panel táctil no es que sólo fuera eso, táctil, sino que disponía de reconocimiento de escritura. Podías introducir números directamente sobre el cristal del reloj, y también símbolos para indicar la diferentes operaciones que quisieras realizar.
Su calculadora era la habitual de aquella época, con capacidad para ocho dígitos, y con ella se podían realizar las operaciones convencionales de suma, resta, multiplicación y división. Para impedir que tantos toques con los dedos dañara el cristal y con ello enviara información incorrecta al sensor, el mismo cristal disponía de un recubrimiento resistente a las rayaduras y a la suciedad.
Especificaciones | AT-550 |
Módulo | 320 |
Precisión | +/- 15 segundos por mes |
Iluminación | No |
Cronógrafo | Sí (1 hora) |
Temporizador | No |
Alarma | Sí (diaria) |
Snooze (despertador) | No |
Señal horaria | Sí |
Doble horario | Sí |
Calendario | Programado hasta el año 2019 |
Resistencia al agua | WR |
Sistema de energía | Pila (1 año de duración si se usa la calculadora 10 minutos al día) |
Cristal | Mineral con sensor táctil |
Caja | Chapada en acero inoxidable |
Otras características | Calculadora de ocho dígitos con sensor táctil y reconocimiento de escritura. |
| Redacción: Zona Casio | Gracias a Sorderita por su colaboración
Solo puedo agradecer la colaboración de Sorderita.
ResponderEliminarUnos modelos, que como el tiempo ha demostrado, se adelantaron varias décadas a los Tissot T-Touch por ejemplo.
Igualmente, gracias por compartir.
ResponderEliminarEspectacular reloj. Pero al ver el TC50 la vista se me ha ido hacia él de inmediato, jeje
ResponderEliminarAl contrario: gracias a ZonaCasio por darme la oportunidad de compartir estas cosillas que... de otra manera quedarían en el olvido
ResponderEliminarMuy buen artículo y muchas gracias a Sorderita por compartir. Espero poder tener pronto este modelo en mi mano.
ResponderEliminarEstos sí que eran los años dorados de Casio... Tanto por diseño, como por calidad de materiales, como por complejidad de los módulos... Nada que ver con casi todo lo que aparece hoy día...
ResponderEliminarMe gustaría saber donde encontrar el módulo 320 que llevan estas maravillas.... algún lugar del mundo habrá no??
ResponderEliminarYo tuve ese reloj....tenía 17 años de edad en esa época y mis compañeros de colegio alucinaban con el....qué recuerdos.
ResponderEliminarEl TC-50 lo tengo desde 1985, lo conservo en buen estado exterior, el display a pesar de tener pila nueva los dígitos se ven algo atenuados pero en general está en buen estado.
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