Del mundo del automóvil siempre nos decían que evitásemos en todo momento adquirir las primeras unidades cuando lanzan un coche, porque los primeros compradores son utilizados casi "como conejillos de indias", y sólo unos meses después puede darse el producto más o menos como "finalizado". Los que estamos en el mundo del software es algo que también sabemos muy bien. Por mucho que pruebes un producto y dediques equipos y mucha inversión económica en betatesters, la auténtica "prueba de fuego" es cuando lo lanzas al público. Que se lo digan a Firefox, o a Chrome. Y por eso existen las llamadas "betas públicas", o las actualizaciones "de espaldas al usuario" y "de incógnito", caso del navegador de Google.
Puede que -y volviendo al mundo del automóvil- inviertas muchísimo tiempo también en finalizar y mejorar un producto. Por ejemplo, en el caso del Nissan Primera, el fabricante japonés lo estuvo testeando durante un millón de kilómetros y, para que os hagáis una idea, lo llevó a climas tan extremos como los del Polo Norte. Claro que también es cierto que, en su caso, salió el coche como salió (es decir: con muy buen resultado).