Hoy he ido a vacunarme contra la COVID-19 al hospital. Sabia que te pedían esperar diez minutos por si se desataba alguna reacción alérgica, en una zona habilitada al efecto. Por ello, antes de llegar pre-configuré en el reloj un temporizador de 10 minutos y 42 segundos, dejándolo listo para lanzarlo.
Cuando llegué, los accesos estaban colapsados, y la policía local se empleaba a fondo para habilitar un carril lo más fluido posible por los alrededores. Entré y me dirigí a la zona de "recuperacion" para curiosear qué vacuna estaban poniendo hoy. Una chica cubana me informó que ModeRNA. Tras preguntarle luego a una joven enfermera sobre dónde colocarme, me fui a la fila a esperar mi turno. Mientras tanto me dediqué a cotillear por las carpas, donde preparaban dosis a todo trapo y las cajas de vacunas vacías se iban acumulando por los rincones.