Me ha llamado bastante la atención el vídeo que difundían desde Casio cuando comenzaban a publicitarlo, de su smartwatch WSD-F30. En el mismo, se nos muestran las infinitas posibilidades que nos ofrece un dispositivo de este tipo, no solo mostrándonos rutas, por dónde ir y en qué estado físico estamos, sino llega al extremo de indicarnos las tiendas de reparaciones cuando el protagonista del vídeo descubre que la rueda de su bicicleta está desinflada.
Uno, que ha vivido ya multitud de situaciones parecidas, no puede menos que pensar: "¿es que este tipo no sabe preguntar?". "¿No puede acercarse a alguien y consultar dónde hay una tienda cercana, simplemente?". "¿No puede cambiar el mismo la rueda o reparar el pinchazo?". Además de la información, tal vez si preguntase, algún amable interlocutor le podría sugerir que determinada tienda no es recomendable, que hay otra especializada en su marca, o que algunas han cerrado... Porque, ¿quién no se encontró con que su GPS le guiaba mal o, en estos tiempos de crisis, hacia negocios ya clausurados?